dear sunoo│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻

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Noche de cita

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—Sobre el robo... ¿Está bien? ¿Está herido?

Cuando le preguntó, cuidadosamente, Wonho suspiró y se rascó la cabeza.

—No es nada. Solo tiene algunos pequeños moretones en las piernas y en los brazos... el shock emocional es lo que me preocupa.

—¿Shock?

—Ya sabes, es la segunda persona más importante de nuestra organización así que seguramente siente como si le hubiese fallado a todos. ¿Es cierto que le robaron a Honey Lee? ¿Ese Honey Lee? Cosas como esas.

Wonho estaba muy entretenido hablando de esto y de lo otro... pero pronto notó que Ten estaba de pie en completo silencio, con la cara vuelta un problema y los brazos cruzados. Tose y cambia de tema.

—Pero bueno, Honey va a estar bien... tú eres quien tendría que preocuparse por ver al jefe. Ya sabes, algo de preparación te vendría bien.

La mente de Ten se volvió a poner toda confusa. Abrió los ojos un poco más y preguntó:

—¿Para qué tengo que prepararme?

No sabe que decirle, porque Taeyong siempre le da órdenes sin ningún otro tipo de explicación.

—No lo sé... solo dijo: "Tan pronto como aterrice, tráeme al florista". Y yo le dije: "¡Por supuesto!"

—¿Va a llegar hoy? ¿Dónde estaba?

Ten, que no sabía nada sobre el horario de Taeyong, preguntó todo esto de inmediato y con bastante curiosidad.

Wonho dijo:

—Fue a Italia para ver a sus abuelos. Me informaron que llegaría al aeropuerto el día de hoy así que en realidad ya no tendría que tardar.

Wonho miró su reloj... Ya estaba oscuro afuera así que eso significaba que la hora de la cena se estaba acercando.

Él venía volando desde Italia, dos semanas trabajando, y lo quería ver.

—Debería ir a descansar.

Mientras confesaba sus preocupaciones, Wonho abrió los ojos con todas sus ganas. Parecía pensar que había enloquecido.

—¿Qué dices? Oye, ¿Qué dices del jefe? En el pasado lo vi aguantar una semana entera sin dormir ni una sola vez. Es una persona entrenada, que se fijó en un hombre bastante ordinario y débil. Ya te lo dije: ¡Preocúpate por ti mismo!

Ten lo miró y asintió.

—Tienes razón...

—Así que pienso, ¿Eres más genial de lo que aparentas?

Wonho preguntó esto de pronto.

—¿Qué quieres decir...?

—¿Por qué querría el jefe ver al señor florista de inmediato? ¿Por qué tú precisamente? Fijarse en ti, y a un paso tan acelerado...

Nada.

—No parece que solo te quiera para follarte.

Ten recordó el lunes por un momento, el contrato que ya había pasado... Y que quién estaba triste por eso era él, no Taeyong.

Y entonces dijo:

—Es cierto. ¿Cómo pude olvidarlo?

Ten seguía en un semblante serio, aunque Wonho lo miraba de una manera un tanto amable. También parecía como si fuera un asunto de vida o muerte.