🌹║Extra I

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Un día maravilloso

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Fue el día después de que Taeyong regresara a la mansión de San Diego que decidió llamarle a Honey para contarle todo lo que había pasado en casa de Dongwan. Por supuesto, tuvo que esperar a que todos se quedaran dormidos.

Tan pronto como la mamá y el pequeño bebé del florista fueron dados de alta del hospital después de recibir el suficiente tratamiento médico, Taeyong pareció convencer exitosamente a la familia para que todos fueran de inmediato a vivir junto con él en la mansión. Por lo tanto y tal vez, de un modo más satisfactorio, el tiempo pasó tan rápidamente que apenas encontraron el tiempo necesario para acordar su reunión.

Había sido muy pesado para todos adaptarse al nuevo ambiente de la casa, así que se fueron a la cama, aunque todavía no era de noche.

Su estudio era tranquilo. Sin cambios fuera de la ventana. La ciudad estaba allí, extendiéndose bajo un cielo despejado. El mar azul pasaba por todo lo largo de la casa y el sol brillaba tanto que incluso entraba en los espacios más oscuros de la habitación. Un ambiente cálido y acogedor ciertamente.

—¿Qué es lo que pasa, señor?

Honey no pudo ocultar su creciente tensión y terminó por tragar saliva con un sonido bastante exagerado. Incluso si parece que hay algo bueno en la vida de su jefe, la verdad es que nunca sabe cuándo dejar de tener la guardia en alto.

Taeyong, que ahora estaba tomando ron, tiene una pupila tan oscura que parece inevitable que sus hombros se pongan todos rígidos.

—En realidad...

—Lo escucho.

Después de estar rodeado de su nueva familia, el hombre tenía una atmósfera más amigable que nunca antes. Era todo sonrisas y palabras amables y la verdad es que todos estaban muy aliviados. ¡Honey siempre supo que esto era pasajero! El sudor frío fluyó sobre su espalda cuando Taeyong extendió las manos sobre la mesa.

—Sunoo es mi hijo, Honey.

Pero la confesión de Taeyong, que fue arrojada con una voz muy seria, fue entonces bastante ridícula para sus alturas. Honey estaba a punto de comenzar a soltar un montón de palabras enojadas sobre lo que sabía, pero en lugar de eso, decidió no hacer nada y dejar que siguiera con su historia.

—Ten dijo que era el Omega que... uhmm, ya sabes. El omega que había estado buscando durante los últimos cuatro años. Yo lo había imaginado antes de eso, pero una vez, cuando le pregunté si lo era, me dijo que no era así. Dios, ya te imaginarás como me puse. Estaba como: ¿Diste a luz a mi hijo y lo criaste lejos de mí? ¡Sunoo era mi hijo todo este tiempo! ¡¿Nos viste la cara a todos?!

—Oh, sí... a todos.

—Es una sorpresa, ¿cierto?

Honey dijo que sí, porque iba a ser muy vergonzoso para el pobre hombre si todavía se daba el lujo de contradecirlo.

Después de hablar, Taeyong golpeó los hombros de Honey y se permitió poner una mirada toda seria.

—En fin, solo quería decírtelo en persona. A ti antes que a nadie más. Que tengo un hijo y un compañero que me importan y que... pues, me gustaría que pudieras cuidar de ellos como cuidas siempre de mí.

No hubo respuesta.

—Vamos hombre, no llores.

—Es que eso me hace muy feliz, señor. ¡Enhorabuena!

dear sunoo│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora