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Secreto No. 2

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Cuando Ten abrió los ojos, eran las 6 de la mañana en la hora del Este.

Después de comer un poco de pastel de carne, simplemente se fue al baño para darse una ducha de agua helada. Curó cada una de sus heridas, se vistió, y luego fue a sentarse en el asiento de siempre... Inmediatamente después tuvo muchísimo sueño, así que los pequeños y rígidos ojos de Ten se cerraron y permanecieron así por un buen tiempo.

Ahora se estaba frotando los párpados. El interior del avión se había quedado en silencio, y solo se escuchaba el sonido ahogado del motor. Las luces estaban en una tonalidad tenue, habían colocado su asiento todo para atrás y, además, lo habían cubierto con una manta de lana... Taeyong estaba frente a él, sentado, pero con la cabeza ladeada y los ojos cerrados. Su corazón se siente pesado cuando lo ve dormir allí, tan incómodo. Había una habitación al lado, con una cama que podía haber ocupado... No había deseado dejarlo solo, posiblemente. Y cómo resultado iba a despertar sintiéndose adolorido y sin poder mover bien la cabeza.

Ten se sentó en silencio, mirando su rostro con forma de escultura. Esperando que, si seguía así el tiempo suficiente, él abriría los ojos y le miraría para decir alguna de sus frases ridículas... Pronto, sin embargo, el avión privado se sacudió ligeramente y comenzó a prepararse para aterrizar. Estaban a punto de llegar al aeropuerto Charlotte, así que levantó la cortina y miró atentamente por la ventanilla una última vez. El cielo negro, que había causado su miedo durante gran parte del viaje, de repente se estaba volviendo azul claro. Había una luz brillante, preparada para expulsar toda la oscuridad del ébano.

Ten levantó la vista y recordó a Sunoo, quién se convirtió en la luz de su vida. ¿Qué está haciendo ahora? ¿Lograría dormir? ¿Le darían de comer? ¿Estará llorando? Cuanto más pensaba, más dolor tenía dentro del pecho y más insoportable se sentía el respirar. Ten levantó la mano y se cubrió los ojos. El niño gritaba en voz alta incluso cuando intentaba no pensar en eso.

Entonces la altitud del avión cae bruscamente y se produce la sensación de hormigueo en sus oídos. Con ansiedad, Ten respiró hondo debido a la sensación y lentamente volvió a elevar la mirada. Su pupila oscura se refleja en una ventana que ahora parece inclinada. Como siempre, no hay ni siquiera una gota de emoción.

—Te encontraré pronto mi amor. Y te abrazaré con fuerza... No llores, espera por mí un minuto más.

Susurrando como para alcanzar a Sunoo a la distancia o tal vez como una promesa para sí mismo, Ten apretó su puño tan fuerte como le fue posible.

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Cuando sale del aeropuerto y observa la espalda de Ten, caminando derecho rumbo al taxi, Taeyong comienza a sentir la misma sensación que tuvo antes de que secuestraran al niño. Era una señal tan incómoda que pronto estaba allí otra vez, masticando su dedos hasta casi destrozarlo.

Estaban en el lugar donde se alineaban todos los taxis. Taeyong, que ya no podía soportarlo, caminó un poco más rápido y sujetó la muñeca de Ten con más fuerza de la necesaria. Su boca no se movía, aunque realmente deseaba decirle un montón de cosas en ese momento. Estaba sudando y se sentía tan fuera de lugar que, en realidad era honestamente aterrador.

Cuando la sensación delicada de la piel de Ten llega hasta la punta de sus dedos, su corazón está casi totalmente inconsciente. ¿Por qué está tan incómodo? ¿Por qué está tan asustado? Nunca se había preocupado tanto por el fracaso en su vida. No había nada que temer, nada que perder... Pero ahora se siente como si hubiera cientos y cientos de cosas que podrían ir terriblemente mal.

dear sunoo│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Where stories live. Discover now