🌹║33

187 32 6
                                    

Una noche oscura como la boca de un lobo

◖✿•۰•◖❀•۰•◖✿•۰•❀•۰•✿◗•۰•❀◗•۰•✿◗

Ten levantó lentamente los ojos. Frente a él, estaba el hombre por el que había violado tantas órdenes hace ya cuatro años. El sujeto que no sabía todavía que él era el Omega que le había roto el brazo... Porque no había sido capaz de decir nada más que un inicio que en realidad no revelaba nada.

Cerró la boca y miró sus pupilas color azul prusiano. Fue tan difícil como la primera vez... Incluso había sentido que su garganta se estaba secando, aunque sus ojos habían comenzado a humedecerse más de la cuenta.

—No tienes que forzarte tanto, cariño. ¿De acuerdo? Podemos ir... paso por paso.

Fue Taeyong quién finalmente rompió el silencio que rondaba por la habitación. Ten asintió monótonamente.

—Primero lo primero. Lo que querías decir es, que si matas a alguien... ¿Quieres quedar completamente libre de cargos?

—Ah... sí.

—Sí, todo estará bien. ¿Bueno? No tienes que llorar... Dongwan Kim se merece completamente todo lo que pienses hacerle.

—¿Lo sabías?

Ten miró a Taeyong, quién fue capaz de mencionar el nombre de Dongwan demasiado casualmente... Bueno, no es sorprendente en realidad. Considerando que Taeyong pudo conocer y dar con el paradero de Sunoo en cuestión de minutos, es más que obvio que puede profundizar en su pasado siempre que lo desee.

—Sí... Y si tienes que matar a Dongwan Kim, entonces no tengo motivos para prometerte nada porque yo voy a ir contigo.

—Para nada, con lo que te pedí es suficiente.

Ten sacudió la cabeza y comenzó a caminar en dirección a la puerta... No había tiempo para dudar en sus decisiones, mucho menos ahora. Pero, en el momento en que pasó junto a él, aún y cuando había intentado no mirarle, Taeyong lo agarró de las manos y lo aproximó hacía él. Directo a sus brazos... Su agarre era significativamente fuerte, parecía estar sudando así que cuando levantó la cabeza para verificar que estuviera bien, descubrió que la pupila azul de Taeyong estaba clavada justo en la suya. Lo miraba, con mucha desesperación.

No debió haberlo hecho.

Definitivamente no debió mirar.

—Siempre hay una condición...

—¿Hay algo que quieras?

Como de costumbre, cuando se lo preguntó con una voz indiferente, Taeyong levantó la cabeza y sonrió.

—No importa a quién mates o cómo lo mates, puedes hacer lo que quieras... Y yo te protegeré sin importar lo mal que se vea la situación.

Taeyong, que habló con rapidez, cerró la boca y miró a Ten con un brillo completamente diferente del de antes...

Había hecho lo posible para evitarlo, pero no podía apartar los ojos de los que se veían tan iguales al mar. De hecho, había surgido una nueva sed de él. Del hombre que era su agua... era doloroso que, incluso teniéndolo de frente, no pudiera beberlo todavía.

—¿Pero...?

Entonces Taeyong levantó las cejas.

—Pero no puedes salir herido. No puedes morir... solo promete eso. Que volverás conmigo, que me mirarás como lo estás haciendo ahora y que me contarás la historia de la que no pudiste hablarme hoy. Por favor.

dear sunoo│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora