A la luna tu mirada

Capítulo 12

***

Era la primera vez que iba a casa de Juliana, su departamento estaba en un acogedor edificio que quedaba cerca del canal.

—Juliana vivía en Valle de bravo, su mamá tiene un rancho allá, se mudó para acá cuando comenzó a trabajar en el canal —dijo Luis.

—Ustedes han hablado mucho, ¿no? —sentí celos.

—Nos hemos hecho grandes amigos, sobre todo después de lo de Miami, pero tranquila, le he hablado muy bien de ti. —Me guiñó.

Tocamos el timbre y un par de minutos después la puerta se abrió.

Sus ojos café tenían aires de tristeza, como si hubiese estado llorando, sentí ganas de abrazarla, como si con mi abrazo pudiera sanar las heridas, esas que yo misma causé. O quizá era yo quien necesitaba tenerla cerca, entre mis brazos, y decirle cuánto la quería, cuanto deseaba que fuera parte de mi vida, y no precisamente como una amiga.

En ese momento me di cuenta de algo, me di cuenta de que el amor si existe, pero muy pocas personas logran estar con quien aman de verdad, muchos se conforman con menos de lo que merecen solo porque les da miedo la soledad, otros se van con el mejor postor, como si fuesen objetos en subasta, y otros como yo, se sienten obligados a estar con alguien más porque es lo correcto.

—Hola... ¿Qué hacen acá? —preguntó ella con ligera sorpresa.

—Eh... Mi... Mi hermano Santiago tiene a un amigo desaparecido. Necesitamos hacer algo ya para evitar que pase algo peor, y pues... quería preguntarte si quisieras ser parte de esto, ¿Qué dices?

Me miró directo a los ojos, y yo tuve que morderme los labios para no lanzarme a besarla.

—Pasen.

—Okay, Juliana —Luis comenzaba a hablar y yo estaba agradecida de que así fuera, él hacia el ambiente menos tenso—, estábamos pensando en llamar al oficial Rodríguez, pero no estamos seguros de que eso funcione, ¿Qué tal si alborotamos nuestras redes sociales?

—Es una mejor idea —respondió ella—, podemos crear un hashtag, y posicionarnos en las tendencias a nivel nacional, así más gente se podrá enterar de lo que está pasando.

Y así fue, creamos el hashtag #NoMasAsesinatos y comenzamos a publicar sobre los acontecimientos de los últimos meses, en una hora ya estábamos en el primer lugar de tendencias nacionales, y fui yo quien recibió la llamada de Rodríguez.

—¿Bueno? —Coloqué el altavoz.

—Señorita Carvajal, un gusto saludarle, habla el oficial Rodríguez, y es que la última hora mi oficina ha recibido más de ochenta llamadas referentes a unos tales "arrebatados" unos supuestos asesinos en CDMX, he revisado las redes sociales y al parecer usted tiene más información que yo.

¿Molesto, oficial? Reí internamente.

—La verdad si, oficial, recuerdo que lo llame hace algunas semanas para pedirle información sobre esto, pero según usted, no había nada de qué preocuparse.

—Escuche, Valentina, mis jefes me han llamado la atención y mi cargo está en juego debido a sus noticias sin importancia, así que le agradezco que me deje hacer mi trabajo y no siga dándoselas de detective.

Solté una risa irónica.

—Querido oficial, si su cargo está en riesgo, déjeme decirle que no es por mi culpa (aunque me encantaría que lo fuera), es por su ineptitud y falta de profesionalismo, Dios quiera y pongan a alguien que de verdad haga su trabajo. Ahora, déjeme en paz y dedíquese a lo suyo. —Colgué.

Todo quedó en silencio un momento, hasta que Luis estalló en una gran carcajada a la que luego se unió Juliana. Unos labios carnosos se posaron sobre mi mejilla dando un beso sonoro, no podía desperdiciar este momento, también me acerque y deje un tierno beso en uno de sus hoyuelos. Nuestros ojos quedaron conectados, pude escuchar a Luis aclarar su garganta.

—¿Alguien tiene hambre? Iré por unas hamburguesas, regreso al rato.

Luis salió del departamento dejándonos solas. No sé cuánto tiempo estuvimos mirándonos, pero podría quedarme así el resto del día.

"Lo siento" dijimos al unísono.

—Tú no tienes por qué sentirlo, Val.

¿Val? Me encanta como suena eso.

—Mereces una disculpa de mi parte, Juls —La vi ladear la cabeza de manera curiosa—. Nunca fue mi intención que esto pasara, no debí dejarme llevar por esto que siento, así nunca te habría lastimado.

—Tú no tienes la culpa de nada, ¿okay? —Acarició mi mejilla y yo cerré los ojos ante el contacto— Siento que he llegado a tu vida solo para hacerla un caos, y no me gusta eso, quiero que estés tranquila —Posó su mano en mi vientre—, por el bien del bebé también, Val. He tomado una decisión, voy a renunciar al canal, tengo propuestas en la radio y creo que será mejor si ya no nos vemos.

Mi corazón se rompió.

—¿Crees que si no te veo estaré mejor?

—¿Y tú crees que yo estaré bien viéndote casada con Lucho?

No supe qué responder, ella tenía razón, no podíamos seguir así, yo no quería lastimarla más.

Un mensaje de texto llego a mi teléfono, número desconocido:

"Te metiste con los lobos, ahora te llevaran a la cueva"

Se lo mostré a Luis cuando llegó cargado de comida chatarra.

—Quizá alguien se equivocó de número, mi perris —dijo, pero pude ver que quedó pensativo.

—Es mejor que vayamos a casa —dije —, Esto no me gusta para nada.

—¿En serio? Yo quería quedarme un rato más con Juliana, que aburrida eres.

—Ya llévala a casa, Luis, Val necesita descansar.

—Afff... está bien. Te espero abajo en el estacionamiento, perris.

Luis salió del departamento luego de dejarle a Juls un par de hamburguesas y un refresco de cola.

Yo no sabía si despedirme de ella con un abrazo, un beso, o simplemente decir adiós, pero ella tomó la decisión y me envolvió en sus brazos, la abracé fuerte, con el dolor de saber que pronto no la volvería a ver jamás.

Llegue al estacionamiento y Luis no estaba en el carro, entre en pánico cuando vi la bolsa de hamburguesas en el suelo junto con el refresco derramado.

—¿Luis? —dije, pero no obtuve respuesta.

Escuche unos pasos correr hacia mí, pero antes de voltear ya había una funda de tela cubriendo toda mi cabeza y unos brazos que me apretaban de manera violenta.

—Sube al maldito carro, niñita estúpida —dijo una voz que jamas habia escuchado. 

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Holaaaaa!!

 Las cosas se están poniendo color de hormiga!