Capítulo 14

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***

Desperté en el hospital, una enfermera colocaba algo en mi suero.

—Mi bebé —fue lo primero que dije.

—Ya le llamo al doctor, señorita.

—¡QUIERO SABER COMO ESTA MI BEBÉ! —Intente levantarme y una punzada en mi vientre me detuvo.

El doctor entró e intentó tranquilizarme, pero no lo logro, y menos después de decir "Lo lamento mucho, usted sufrió un aborto espontaneo"

Un grito desgarrador salió desde el fondo de mi alma.

Mis lágrimas no dejaban de caer, no sé cuántas horas estuve así, pensando en los malditos que me secuestraron, y que por culpa de ellos mi bebé ya no nacería, no lo vería crecer, no podría saber de qué color serían sus ojos, ni podría escucharlo reír o consolarlo cuando llorara... Nada.

—¡NECESITO VERLA, MALDITA SEA! —Yo conocía esa voz.

—¿Luis? —susurré.

La puerta se abrió de golpe y Luis entró impulsando las ruedas de su silla con sus manos, su ojo izquierdo estaba totalmente oculto debido a la inflamación, tenía hematomas en casi toda la cara y su cabeza estaba vendada.

—Señor Colmenares, usted no puede entrar allí —dijo una enfermera tomando la silla de ruedas de Luis para sacarlo de mi habitación.

—Estas vivo... —Solté un suspiro y mis lágrimas volvían a hacer acto de presencia— Déjelo, que entre, por favor —dije a la enfermera.

—Vale, mi perris —Él se acercó a mi cama y yo me incorporé un poco.

Tomó mi mano con fuerza, haciéndome saber que estaba ahí conmigo.

—Se fue, Luis. Lo perdí. —solloce.

Lloramos juntos, supongo que de eso se trata la amistad, estar al lado del otro incluso en los peores momentos, Luis Colmenares es el hermano que me regaló la vida, y hoy agradezco a Dios por ponerlo en mi camino.

Luego de un rato, las lágrimas cesaron un poco.

—Hace un rato vino el oficial Rodríguez —dijo él mientras sorbía por la nariz debido al llanto—, quería mi declaración, pero no sirvió de mucho, la verdad solo recuerdo un gran golpe en la cabeza y luego simplemente desperté acá.

—Pensé que te habían matado.

—Por poco lo hacen, tendré que usar esta silla al menos una semana más.

—¿Sabes algo de Juliana?

El asintió.

—El oficial Rodríguez me contó todo, la verdad estoy impresionado con ella. Cuando se enteró de tu secuestro, le armó un escándalo al oficial, ellos no te querían buscar hasta dentro de dos días, pero ella hizo una revolución en las redes sociales, incluso las figuras de más fama del canal se unieron para solicitar a las autoridades tu rescate, todo gracias a ella. El oficial me dijo que nunca nadie lo había mirado con tanto odio como Juliana, y que insistió tanto en ir en la patrulla, que no tuvo opción y la dejó ir, pero se arrepintió en el momento en que Juliana le quitó la radio y comenzó a hablar con el mismísimo Manos de sangre, ofreciéndose como rehén en tu lugar ¿Eso es verdad? —Yo solo asentí para confirmarle.

»Abatieron a dos delincuentes —continuó él—, pero cuando entraron a la casa donde estabas ya no había rastro de Manos de sangre, él huyó.

—Pero... No entiendo... ¿Cómo me encontraron tan rápido?

A la luna tu miradaWhere stories live. Discover now