Capítulo 19

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Podría pasar horas viéndola dormir, su rostro es simplemente angelical. Dejé un suave beso en su frente y ella lentamente abrió los ojos, los hoyuelos de sus mejillas despertaron junto con su sonrisa.

—Buenos días, hermosa —dije apartando un mechón de cabello que caía por su rostro, para luego depositar un tierno beso en sus labios.

—Buenos días, mi amor —respondió con voz ronca— ¿Cómo te sientes? —preguntó acariciando mi mejilla.

—Como la mujer más feliz de este mundo —respondí con toda sinceridad.

Nos volvimos a besar, nos volvimos a acariciar, y fue inevitable... volvimos a hacer el amor.

No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero unos toques en la puerta nos devolvieron a la realidad.

—Juli, mija, la comida esta lista, puedes decirle a tus amigos que bajen a comer —dijo Lupe desde afuera.

—Eh... si, mamá, gracias. En un rato bajamos.

Por un momento sentí que el corazón se me saldría del pecho, mis mejillas ardían y Juls me miraba con una gran sonrisa.

—No pasa nada, Val —dijo riendo al ver mi expresión de pánico—, le caes muy bien a tu suegra ¿sabías?

—No tengo duda de ello, soy increíble. Pero ¿qué tal que me hubiese visto desnuda en la cama de su hija?

La carcajada de Juls inundó todo el ambiente.

Verla feliz, es de las mejores cosas que me ha pasado en la vida.

Me vestí para salir de la habitación de Juls y buscar ropa limpia en la mía, al abrir la puerta, ahogué un grito al ver a Luis parado frente a la puerta con los brazos cruzados y haciendo una de sus caras pervertidas. El rubor en mis mejillas hablaba por sí solo, no fue necesario decirle nada, su expresión cambió y ahora me miraba con orgullo.

—Estoy muy feliz por ti, mi perris. Te queda bien esa sonrisa de idiota enamorada.

—Lo estoy, estoy muy enamorada de mi novia —dije alborotando su cabello para luego meterme a mi habitación y dejarlo con la boca abierta.


***

El viaje de regreso a CDMX fue mucho más divertido, Juls regresó con nosotros y Luis hacía chistes sobre nuestras caras cuando Lupe nos preguntó a mitad de la comida si habíamos pasado buena noche, cabe destacar, que yo casi me ahogo a mitad de un bocado cuando escuché esa pregunta, pero todos respondimos de manera diplomática un: "Si, pasamos una muy buena noche, gracias".

Al llegar a CDMX dejamos a Juls en su edificio y le pedí a Luis que me llevara a casa de mi padre, necesitaba hablar con él ya. "¿Segura que no quieres que te acompañe a hablar con tu padre, Val?" preguntó Juls, pero le dije que no. Esto lo tenía que conversar a solas con él, de padre a hija. Nos despedimos con un beso en los labios y me pareció ver a un tipo que nos enfocaba con una cámara, conozco a la perfección a la prensa mexicana, el amarillismo es lo suyo.

Llegué a casa de L.J Carvajal y lo encontré de espaldas hablando con alguien por teléfono, no hice ruido, no quería incomodarlo.

—¿Cómo va el trabajo? —preguntó él aun sin darse cuenta de mi presencia— ¿Una nueva oficial? ¿Y quién carajos es esa mujer? —Quedó en silencio unos segundos mientras escuchaba a la persona que estaba del otro lado de la línea— Pues espero que no se estropee todo, para eso les pago, recuérdelo.

Colgó y lo vi beber un trago seco de whiskey.

—Papá... —Saltó al escuchar mi voz y colocó una mano sobre su pecho. —Perdón por asustarte, quería venir a hablar contigo.

—Hija... ¿hace cuánto estás aquí? —preguntó con la respiración acelerada.

—Acabo de llegar, no quise interrumpir tu conversación telefónica. ¿Con quién hablabas?

—Eh... con el escritor de la nueva telenovela, hija. Será una historia de policías, aún estamos haciendo algunos castings. ¿Cómo te fue en tu viaje a Valle de Bravo?

—De maravilla, referente a eso, me gustaría conversar algo contigo, papá.

—Claro, hija. Dime lo que quieras.

Mis manos comenzaron a sudar y mi corazón latía de manera veloz.

—Ven, sentémonos —dije señalando el sofá—, papá... desde hace algunos meses he estado sintiendo algo por una persona muy especial, solo que por diferentes circunstancias no habíamos podido concretar algo. Pero ahora quiero que sepas que estoy comenzando una relación, y me encantaría tener tu aprobación.

—A ver... ¿se puede saber quién es ese alguien? ¿Acaso es tu camarógrafo Luis?

—¿Qué? —Solté una risita nerviosa— No, papá, no es Luis, él es mi mejor amigo. La persona de la que te hablo es... Juliana, Juliana Valdés.

La expresión de mi padre se endureció al instante, en sus ojos claros pude ver como se dilataban sus pupilas, haciendo que su mirada se tornara oscura.

—No me parece gracioso este chiste, Valentina —Su voz sonaba más grave.

—No es un chiste, papá. A mí me gusta Juliana, estoy enamorada de ella, y ayer formalizamos nuestra relación. Somos novias.

—¡Ya basta, Valentina! ¡Cállate! —Su cara se comenzó a poner roja a medida que gritaba— ¡Por la señal de la santa cruz! ¡¿Sabes el pecado tan grande que estás cometiendo?!

—¿Pecado? ¿Cuál pecado, papá? El amor no es una perversión, ¿okay?

—¡El amor entre un hombre y una mujer no es una perversión! ¡Es tu deber como mujer tener un esposo! ¡UN HOMBRE!

Estaba boquiabierta, y mis ojos se comenzaron a llenar de lágrimas, mi padre me miraba con odio, como si quisiera matarme ahí mismo y sentí miedo, sentí tanto miedo que retrocedí unos pasos.

—Es mejor que te vayas ahora mismo, Valentina. —Sus ojos parecían haber perdido la cordura—. ¡VETE!

Lo desconocía totalmente, ahora entiendo a Santiago, en por qué no se aceptaba, le tenía miedo a papá, tanto miedo como yo le tenía ahora.

Salí de la casa y caminé hasta tomar un taxi, le di la dirección de Juls y a mitad de camino recibí una llamada de un número desconocido.

—¿Bueno? —contesté.

—Señorita Carvajal —dijo la voz de una mujer—, Habla con la oficial Olivia Bianco. Soy la nueva encargada del caso de su secuestro y de los asesinatos ocurridos los últimos meses. Me gustaría conversar con usted sobre los avances que ha tenido mi investigación.

Algo me dice que esta mujer es la pieza que necesitábamos para resolver este rompecabezas.

Necesitaba la compañía de Juls para esto, así que pasaría por ella y luego iría a la delegación.

—En seguida salgo para allá, Oficial —dije.


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Holaaaa! Estamos entrando a la etapa cumbre de esta historia, todo va tomando sentido. 

Gracias por leer! Saludos desde este pequeño rincón de Venezuela!

A la luna tu miradaWhere stories live. Discover now