Capítulo 17

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—Mi perris... ¿Estas bien?

Luis me devolvió a la realidad, estaba perdida en mis pensamientos, mañana sería el cumpleaños de Juls y yo no tenía idea de que regalarle.

—No sé qué regalarle a Juls mañana, Luis... ¡MAÑANA! Estoy perdida.

—¿Estás loca? Solo compra una ropa interior sexy y te metes en su cuarto cuando todos estén durmiendo, créeme que funciona, mi novia lo hizo —dijo y su mirada se perdió como recordando lo sucedido, sus mejillas se enrojecieron.

—Que cochino eres, Luis —dije con desagrado, hundí mis dedos dentro de mi cabello, estaba estresada.

No quería hacerle un regalo común, quería algo especial, algo que simbolizara lo que sentíamos la una por la otra, esto del amor es totalmente nuevo para mí, estoy experimentando cambios en cualquier ámbito, me siento en constante evolución y en constante introspección. Así que me puse a pensar en nosotras, en todo lo que habíamos pasado, pero sobre todo en sus palabras, que se comenzaron a reproducir como un disco rayado en mi cabeza: "A la luna tu mirada..." la luna.

Ya sabía que regalarle.

***

Quería ser la primera en felicitar a Juls, esperé hasta la medianoche y le envié un mensaje.

Valentina Carvajal: Estos últimos meses la vida se ha encargado de hacerme saber que el mundo va más allá de lo que veo, y más allá de lo que creo. Ahora miro el horizonte de una manera diferente, y he aprendido a agradecer al universo por cada situación que me ha hecho vivir. Hoy agradezco tu vida, agradezco que hayas llegado a la mía, y agradezco por todo lo que vendrá. Feliz cumpleaños, Juls. Siempre tuya, Valentina.

Juliana Valdés: Solo ver tu nombre en la pantalla de mi celular hace que mi corazón se acelere, Val. Gracias por tan hermoso mensaje de cumpleaños, y soy yo la que agradece a diario al universo por haberme puesto en frente de esos ojos tan hermosos que tienes, esos que me han hecho volver a sonreír, esos que me inspiran a escribir poemas, porque sí, cada poema que escribo lleva tu nombre y tu apellido, Valentina Carvajal.

Estoy segura que tenía una sonrisa de idiota en mi cara, suspiré mirando al techo, algo me decía que hoy sería un día maravilloso.


 ***

Los primeros rayos de sol aparecieron por mi ventana y yo ya estaba más que lista para este día, Luis me llamó para informarme que me estaba esperando abajo en el carro junto con su novia, Juls por otra parte ya se encontraba en el rancho de su madre.

Mi corazón estuvo acelerado todo el camino, y no podía dejar de sonreír, cada tanto Luis hacía un chiste sobre eso y su novia lo golpeaba discretamente en el brazo.

—No le hagas caso, Valentina —dijo ella—, a veces ni siquiera yo sé cómo lo soporto.

—Es porque me amas —dijo él con la vista clavada en la carretera y una enorme sonrisa.

Faltaba muy poco para llegar al rancho de la madre de Juls, al menos eso era lo que decía el GPS. Había grandes árboles que rodeaban la carretera, bajé el cristal de mi ventana y el olor de la naturaleza inundó mis fosas nasales, a lo lejos se podía escuchar el relinchar de los caballos, imaginé a una Juliana más joven cabalgando libre por este lugar. Sonreí.

A unos cuantos metros de distancia, se erguía la imponente fachada del rancho "Luna llena". Mis ojos detallaron todo el lugar, pero se detuvieron al ver en la puerta a una Juls vestida con jeans ajustados, camisa de cuadros rojos y negros, botas negras de cuero, y un sombrero del mismo color.

A la luna tu miradaWhere stories live. Discover now