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Si no comentan ni votan VOY A LLORAR-

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— Ay, México. Ten cuidado con el terrorista —. Comentó con fingido miedo un colombiano —. No vaya a ser que nos lance una bomba.

Muchos Contrys rieron por la "broma" que llevaban a cabo un mexicano y colombiano.

Otros simplemente lo ignoraron, cómo era el caso del país árabe al que se le estaba agrediendo.

No les presto atención. Y, ciertamente ya estaba acostumbrado a ese tipo de comentarios, fueran broma o no.

— Uy, uy. Cierto wey, que miedo que el enano ese nos ataque —. Rio México.

Venezuela veía todo con algo de confusión, ya que apenas llegaba.

No estaba confundido por no saber que hacían, porque lo sabía muy bien. No era difícil deducir que pasaba.

Lo que le causaba un conflicto interno eran ese tipo de bromas. No eran graciosas.

Nunca lo serían. Ni siquiera a eso se le podría llamar broma.

— Bueno, ya está bueno ¿No? —. Intervino al momento de caer en cuenta de que nadie pensaba intervenir.

Casi todos los presentes lo voltearon a ver, pero él ni se inmutó.

Era tan desagradable ver el como se comportaban con aquel país.

— ¡Bah! Eres un aguafiestas —. Se quejo el latino norteamericano.

Colombia solo de le quedó mirando a su hermano de forma seria, para al final terminar suspirando y rodando los ojos.

— Vene, cariño. No es tú problema... No deberías meterte —. Aconsejo USA.

Venezuela ahora lo giro a verlo de manera incrédula.

— Si Vene, házle caso a tú noviecito —. Fue el turno para comentar del argentino.

Por alguna razón la sala se había sumergido en un tenso silencio.

Mismo que fue roto por el jadeó divertido del venezolano.

— Ajá, claro —. Comento sarcástico.

— ¿Por qué los defiendes? —. Cuestionó Colombia —. Solo son países comunistas y agrietados.

— Yo también soy un país agrietado, Colombia...

Fue lo último que salió de su boca.

Antes de que alguien pudiera decir algo más, un pequeño estruendo causado por unos papeles callendo al piso hizo ruido en toda la sala.

Rusia había llegado, y al parecer se le habían resbalado unos papeles.

Venezuela soltó un suspiro cuando empezó a escuchar las carcajadas nada disimulada por sus amigos.

Observó como el sirio casi corría a ayudar a su amigo.

No le pareció de muy buena educación dejarlos así como así, y ante las miradas incresulas de todos se dirigió a ellos.

Acto seguido ayudo con un par de hojas que se habían esparcido.

— Gracias... —. Murmuró un ruso confundido. Su español estaba rudamente remarcado por su acento.

Venezuela solo negó.

Luego solo se fue en busca de su asiento.

<<Y apenas son las 8 de la mañana, más fino>> Fue un pensamiento fugaz que tuvo.

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"¿De qué ríes? Si cambias de nombre la historia habla de ti".

[...]

-se emputa in empanada de queso-

❝𝙈𝙖𝙡𝙖 𝙟𝙪𝙣𝙩𝙖❞.Where stories live. Discover now