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Volví, y volví con un cap fuerte sjsjjs.

Disculpen cualquier error, los quiero mucho<3

Y también gracias a todos los que me felicitaron.

[...]

— ¡Venezuela! —. Tocaba bruscamente la puerta un colombiano —. ¡Venezuela sal de esa maldita habitación!

El caribeño estaba recostado en su cama en forma fetal, cubriéndose por completo con una cobija.

Tenía sus manos tapando sus oídos, intentando ignorar todo lo que le gritaban sus hermanos.

Lloraba bajito por culpa de algunas de las palabras hirientes que le soltaba Colombia.

— ¡SALGASE DE ESA MALPARIA' MIERDA Y DEJE DE LLORAR POR ESA GONORREA! —. Seguía y seguía gritándole —. ¡Parece una marica, solo con una lloradera ahí!

— ¡Venezuela, tienes que salir de ese cuarto! —. Le siguió Panamá —. ¡No puedes encerrarte ahí toda la vida!

— ¡Deja el drama y sal de una vez, Estados Unidos no es la gran cosa! —. Se unió el ecuatoriano, harto de la actitud que había tomado su hermano —. Solo estás exagerando las cosas.

No, no y no. Él no estaba llorando el por estadounidense.

¿Es qué no se daban cuenta de todo lo que le estaban diciendo?

Él no estaba llorando por USA, estaba llorando por todo lo que en ese momento le decían. Por todo en lo que ese momento pasaba.

A un lado de él empezó a sonar su teléfono, mismo que interrumpió el silencio que se había generado.

Contesto la llamada al ver que era uno de sus hijos, pensando que podría conseguir otras palabras que no le terminaran de quebrar el alma.

Pero se equivocó, cómo hacia últimamente con toda su vida.

Escucho como Zulia lo empezaba a regañar no dándole tiempo ni de hablar.

— Venezuela, no puedes dejar que ese mamagüebo te hunda así. Te estás pasando de dramático y-

Corto la llamada.

¿En serio era un dramático?

¿Nadie podía ponerse, por un mísero segundo, en su lugar?

Ni siquiera estaba pidiendo consuelo o que lo comprendieran, solo quería que lo dejarán solo un momento.

Necesitaba desahogarse y no encontraba todo. Lo único que conseguía era posponer su dolor con el trabajo.

Se estaba ahogando con todo lo que le pasaba y nadie parecía darse cuenta de ello.

¿Tan insignificante era?

Sollozó, volviendo a enterrar su cara contra las suaves cobijas.

Escucho como su teléfono volvía a sonar incontables veces y no tuvo más opciones que apagarlo y esperar a que sus hijos no se molestaran con él más de lo que ya lo hacían.

Por no decir que ya lo detestaban, como el resto del mundo.

Muy pronto volvió a escuchar el forcejeo contra su puerta.

— ¡Venezuela, estás preocupando a tus estados!

Ay no... Ese chantaje ya lo conocía.

¿También le iban a restregar en la cara que esa un mal padre?

¿Era un mal padre?

— ¡Ay! ¡Ya déjalo, Panamá! —. Gruñó Ecuador —. Eso se le pasa en unos días.

❝𝙈𝙖𝙡𝙖 𝙟𝙪𝙣𝙩𝙖❞.Where stories live. Discover now