EL QUE NO COMENTE ES MARICO (con todo el debido respeto a los maricos alskalks)
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Si había algo que Venezuela respetará más que a los muertos, eso sin duda era la nieve.
Le daba miedo. Un gran temor se alojaba en su pecho, además de una inexplicable nostalgia se acumulaba en su pecho, no dándole tregua a respirar.
Por eso cuando le dijeron que saldrían a pasear por las calles de Moscú, mismas que estaban envueltas en un gran manto de color blanco, simplemente apretó sus labios. Temeroso.
Pero no lo hizo notar, claro estaba. Suprimiría todo lo que sentía en ese momento hasta que se largarme de ahí, o se quebrara de una buena vez por todas.
No había un punto intermedio, o pasaba una o pasaba la otra.
Una opción — que no lo veía como opción, sino como un "tal vez" muy lejano del cual rehuía — era que la pasará "bien" con todos ahí.
Imposible si se lo preguntan. Podría soltar una sonora carcajada de solo imaginarse tal situación.
No, simplemente no.
Caminaba pausadamente detrás de todos. Escondía sus manos frías — a pesar de que traía guantes que iban a juego con toda su vestimenta — en los bolsillos de su gran traje.
Aún tenía frío. Y es que, claro, el prefirió verse "bien" a ponerse una puta pesada chaqueta. Además, el estuvo 100% seguro de que lograría adaptarse rápidamente al frío de estas tierras.
Bueno, ahora le tocaba aguantar.
Ya habían parado de caminar, y al levantar su mirada y examinar el lugar que llevo una grata sorpresa.
Estaban en un parque, uno que se veía muy hermoso. Adornado por faroles, junto con los árboles adornados con nieve le daban un tocó mágico. Como un bosque encantado.
Pero, sinceramente. ¿A quién coño de le ocurría traerles a un lugar así con ese frío?
Miro de manera confundida como todos charlaban entre sí, parecían muy entretenidos.
El, por otro lado, prefirió dirigirse a uno de los tantos bancos que habían en aquel pacífico lugar. Sacudiendo un poco de nieve del sitio en dónde se sentaría.
Ahí permaneció un largo rato. Sentado de manera recta, tal y como lo había estado haciendo toda la dichosa reunión.
Su mente quedó en blanco por un momento, no sabría decir por cuanto tiempo exactamente, solo sabe que fue consiente de quedarse mirando un punto muerto en el suelo.
También fue consiente del momento en el que salió de ese trance. ¿Y cómo no? Si delante de él se estaba mostrando la situación mas insólita que jamás se había imaginado ver.
Rusia junto con Siria estaban brincando y corriendo de aquí para allá, lanzandose bolas de nieve y riendo muy alegremente.
