Mil cartas y un regalo

2. Aniversario

El pergamino se arruga entre sus dedos.

Buen día cariño.

Lo sé, lo sé. Debes estar pensando que mi nivel de cursi ha sobrepasado los límites y claro, si te soy sincero, tampoco yo creí que estaría haciendo esto tan pronto. En fin, aquí estás y aquí estoy y la verdad es que tengo fe que esta gran idea servirá para hacerte vivir una de las experiencias más locas de toda tu vida. Bueno... esa es la idea.

Antes de continuar, por favor dile a Ellie que la amo, que lamento mucho no estar a su lado como debería y que siempre, siempre, la llevaré en mi pensamiento y mi corazón, así como a ti [...]

Y una sensación extraña se expande en su pecho; sonríe pero no sabe cómo explicarlo, ni tampoco qué creer. Por primera vez en cinco años, Albus no se siente tan lejos como el primer día, pero duele igual.

[...] trataré de explicarte lo más básico en esta primera carta. Sé que es confuso y no espero que lo entiendas de inmediato, sin embargo; quiero que sepas Scorpius, que antes que nada siento mucho todo esto, todo el daño que te he causado. No puedo ni voy a justificarme pero de haber podido hacer algo, sabes que habría sido así.

Te extraño, te extraño como nunca. Y sé que en este momento tú también lo haces, sé que bebes firewhisky y probablemente fumas uno de esos cigarrillos que a ambos nos gustaban. Estás solo y la sensación de vacío no se aleja de ti fácilmente; me pasa lo mismo. En donde estoy todo es oscuro y frío y lo vivo cada minuto que respiro. No, no puedo decirte cómo, por qué o en dónde es que me encuentro, no es momento y más adelante lo entenderás.

Te he dejado una serie de cartas, como ya habrás visto y quiero pedirte que te aferres a cada una de ellas como si tu vida dependiera de ello. Síguelas y comienza la aventura. No es fácil y quizá te pida mucho, pero estoy seguro que de estar vivo, harías todo esto conmigo.

Lleva a Ellie contigo, te sorprenderá de lo que es capaz y no te preocupes, no soy un padre desconsiderado; nuestra hija estará a salvo, al igual que tú. Eso sí debo advertirte, nada de lo que viene será fácil, habrá momentos donde desees detenerte y olvidarlo todo y si es así, lo entenderé. Como toda prueba, es cierto, hay una recompensa que espera por ti y si eres capaz de descubrirlo, podrás tomarla sin problema.

Por último debo pedirte otro favor. Entre los cuadernos que rescaté para ti, está nuestro... entrañable cuaderno morado, por favor, no dejes que Ellie los vea, si sabes y recuerdas la razón, entenderás que es mejor así (aunque debo admitir que son grandes obras de arte...).

Te amo y espero para este punto, haber logrado por lo menos sacarte una sonrisa. Si fue así, bueno... me doy por bien servido. Prométeme que no volverás a esconderla de tu rostro, prométeme que no vas a derramar más lágrimas por mí. Sé que duele, pero... para un Malfoy no hay imposibles y esto, definitivamente no será el primero.

Y si no tienes planes para esta noche, ¿por qué no llevas a nuestra hija al lago?

Grandes recuerdos, traen grandes sorpresas.

Te amo y nos veremos pronto.

—Albus.

.

Albus tenía razón.

Dolía, aún dolía a pesar del tiempo, y para Scorpius era difícil leer aquello y no poner a trabajar su mente y las posibilidades. Si Albus había escrito esto antes de morir, ¿por qué todo estaba en presente? ¿Por qué hablaba como si estuviese ahí, mirándolo todo el tiempo?