15. Festival

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El festival escolar llego más lento de lo que esperaba. Y quizá era sólo su percepción pues en realidad no había podido distraerse de lo mucho que deseaba volver a ver a Alden Black. Si lo pensaba, habían pasado años desde la última vez que recordaba sentirse ansioso por un chico.

Black le gustaba y le gustaba mucho, aunque el problema no era Alden, sino él, él que no se permitía rehacer su vida pues aún se sentía temeroso. Le asustaba terminar igual que siempre o afectar a su pequeña, pues las decisiones que tomara de ahora en adelante, no sólo serían para él sino también para ella y eso era algo que debía tomar en cuenta para cada cosa que hacía.

-Ya estoy lista papi, ya puedes pasar-Scorpius abrió la puerta y se maravilló con la imagen que tuvo en frente. Ellie estaba allí parada luciendo aquel hermoso vestido rosa que su madre le había regalado para navidad; a pesar que sus rizos estaban hechos una maraña, lucía realmente encantadora. Se acercó a darle un beso en la cabeza y con cuidado le ayudo a colocarse los zapatos y peinar su largo cabello rubio. Aunque no era un experto, Daphne le había dado un par de consejos para arreglar a Ellie y con la práctica ya no le tomaba tanto tiempo. Trenzó sus rizos, colocando pequeños prendedores de flores y mariposas a lo largo y cuando finalmente estuvo lista le tomó una foto con la vieja cámara que guardaba para esos momentos especiales. -Ponte guapo, jugaré con Dusty abajo-Scorpius volvió a besar su cabeza y asintió dejando a su pequeña para ir y arreglarse él.

Generalmente su rutina antes de salir era corta, se duchaba, vestía con lo primero que encontraba y salía para trabajar o verse con alguna persona, pero esta vez era diferente, esta vez deseaba lucir bien y por qué no, dar una buena impresión. Rebuscó entre su armario algo "normal" para ponerse, Scorpius no tenía mucha variedad de ropa y recordaba lo que Danielle y Rose le habían dicho tantas veces: los magos tenemos muy mal gusto para vestir. Y ahora que lo consideraba eso era muy cierto.

Justo cuando pensaba darse por vencido, se percató que al fondo había algunas camisas coloridas e informales así como mucha otra ropa que no recordaba haber comprado. ¿Sería que no les había prestado importancia? No lo pensó mucho y tomó la que le pareció más decente para vestir.

Abotonó su camisa hasta la mitad y se ajustó los vaqueros y unos zapatos negros, el color y los detalles hacían contraste con su piel blanca y cabello rubio así que sí, engreídamente se sintió bastante atractivo y por alguna extraña razón, seguro y a gusto en esa ropa que debía ser unas cuantas tallas más chica pues, le quedaba un tanto más ajustada no al punto de que se viese tan mal que tuviese que quitársela pero... le pareció curioso, quizá sólo había engordado. Alden por supuesto, no tenía que saber eso. Se perfumó y salió de la alcoba, listo para ir al festival.

-Wow!-Ellie dio un salto desde la sala y Scorpius se ruborizó sin dejar de reír. Si su hija se había sorprendido, seguro que a Alden también le gustaría. -¡Te ves muy guapo papi!-Scorpius levantó a la niña en sus brazos y besó su mejilla con cariño.

-No tanto como tú pequeña mon, tú estás totalmente encantadora. Y seguro que deslumbrarás a todos en cuanto llegues. Supe que vas a cantar, ya he reservado mi lugar en primera fila-Ellie se cubrió el rostro con las manos.

-Ya me está dando miedo papi, ¿y si se ríen de mí?-Scorpius frenó en seco y clavó su vista en los ojos verdes de la pequeña niña.

-Si se ríen de ti, San Mungo necesitará nuevas habitaciones porque no dejaré que lo hagan-Ellie rio, por supuesto que aquello era mentira, no pensaba convertirse en un delincuente ni mucho menos, pero si quería que su hija se sintiese segura que tenía el talento suficiente para lograr lo que quisiese. Y Scorpius la consideraba una niña talentosa, no sólo por ser su hija sino porque en verdad a sus cinco años era una niña excepcional y muy lista. -Tienes una voz hermosa y va a gustarles a todos, sólo confía en ti ¿de acuerdo cariño?-Ellie asintió y le rodeo con sus bracitos en un abrazo.

Mil cartas y un regaloWhere stories live. Discover now