10. Mentiras

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Dos horas hasta la casa de la pelirroja valdrían la pena. Scorpius llevaba consigo algunas notas y lo que le parecía más relevante para compartir con Lily sobre las cartas y las cosas que había encontrado. No estaba seguro si le creería o pensaría que estaba volviéndose loco pero si Albus le había dado la pista de hablar con Lily, entonces era porque ella tenía que saber algo que a él se le estaba escapando. Cómo él lo decía, las águilas tienen las respuestas que a las serpientes se nos han escapado y no de en balde Lily Luna había sido una de las brujas más brillantes que Ravenclaw jamás tuvo.

Había tardado algunas semanas en responder su carta, y aunque Scorpius había enviado muchas más, había supuesto que o estaba molesta o simplemente quería probarlo para ver qué tanta importancia tenía aquel asunto del que quería hablar con tanta urgencia.

—¿Puedo quedarme con tía Lily, papi? Emma prometió dejarme usar sus juguetes esta vez—Scorpius asintió. En realidad parte del plan incluía a Ellie también, si trabajaría con ingredientes tan peligrosos y pociones volátiles y raras, no podía exponer a su hija a tales riesgos. Si todo resultaba según lo esperado, para cuando Ellie volviera, probablemente podría darle una sorpresa, una sorpresa que incluía a Albus.

—Bien cariño, llegamos. Pasaré a dejar tus cosas más tarde ¿de acuerdo? Estarás algunas semanas con tía Lily, promete que te portarás bien—Ellie sonrió de lado a lado, estaba feliz y a Scorpius con eso le bastaba.

Lily salió en la puerta principal con un bebé de un par de meses en brazos, a él no lo recordaba puesto que tenía uno o dos años que habían perdido contacto. Ellie se adelantó para saludarla y alcanzar a su prima Emma. Scorpius aparcó bien el auto y caminó por el extenso jardín hasta la entrada de la casa. Junto a la casa del perro, observó un árbol enano con un hueco extraño, Scorpius quiso acercarse y curiosear, no es que fuese su costumbre pero un movimiento raro había llamado su atención. Se puso de cuclillas frente al agujero y una enorme bola de pelos le saltó encima.

Scorpius no podía creerlo; ¿Runa?

La hurona le caminó por el cuello y la espalda, haciéndole mimos, evidentemente bastante emocionada, tanto como lo estaba Scorpius al verla. Aquella hurona había pertenecido a Albus, y después de su muerte, pensaron que probablemente había huido y muerto, Scorpius nunca la consideró muy lista, pero aquí estaba, cinco años después viva y bastante gorda, probándole que una vez más se había equivocado en algo. «Las cosas parecen regresar a su lugar» pensó y quizá tenía razón.

—Cielos Runa, pensé que habías muerto, ¿quién lo diría? Si Albus te viera, parecería que apenas fue ayer que te alejaste de casa. Estás idéntica—la hurona reposó sobre su hombro y Lily se acercó hasta él con una enorme sonrisa en el rostro.

—Parece que han tenido un reencuentro—comentó —apareció por la mañana y me tomó por sorpresa, justo como a ti, parece que después de todo, James tiene razón y es un animal inmortal—bromeó y Scorpius se alegró mucho de verla. Se levantó y la abrazó con cuidado para no despertar al bebé. —Gusto en verte de nuevo Scorpius, me alegra que decidieras llamar, de cualquier forma si no lo hacías, recibirías nuestra llamada pronto, estamos por darle un bautizo a Harry y... queríamos que lo conocieras—

—Harry...—repitió Scorpius y acarició cuidadosamente la cabeza del pequeño —felicidades Lily y nuevamente lamento haberme ausentado—Lily negó con la cabeza.

—Lo entiendo perfectamente, no lo creas, para nosotros tampoco ha sido algo fácil, aunque... James es quien más lo ha padecido, se mantiene fuerte por Anna y los niños pero sé que en el fondo, aún se siente muy culpable—y Scorpius lo entendía a la perfección, porque la culpa lo atosigaba todos los días desde aquella noche. —Me he quedado muy curiosa, me dijiste que querías hablar de algo y... hasta ahora no puedo imaginarme de qué se trate, ¿es para tu trabajo? —Scorpius negó.

—No exactamente, verás... hace algunos meses, encontré algo en el armario de Ellie, quiero pensar que fue accidental, aunque con el tiempo me he hecho a la idea de que nada sucede al azar—Lily estuvo de acuerdo —lo que encontré, pertenecía a Albus y... la razón por la que estoy aquí es porque hasta el día de hoy creo que lo que sabíamos sobre su muerte, podría estar equivocado—

Lily se mostró nerviosa, pero Scorpius pensó que probablemente sólo era por el tema del que estaban hablando. Después de todo, a dos años de no verse, venía únicamente a hablarle del fallecimiento de su hermano mayor y era comprensible que no lo tomara bien. —¿Por qué piensas eso? —interrogó la pelirroja, sentándose sobre la mesa de jardín que tenían a un lado.

Scorpius tragó saliva y medito mucho decir las siguientes palabras, sabía que Lily podría reaccionar mal y eso era lo que menos quería causarle —sé que... es probable que pienses que es una locura pero...—Lily lo interrumpió.

—Lo sabes, ¿no es cierto?—Scorpius se quedó helado. ¿Saberlo? Lily... Lily ¿ya sabía sobre todo esto?

—¿Qué quieres decir con saberlo?—replicó casi de inmediato. Lily acomodó al bebé en su mueble y sin mirarlo a los ojos se silenció por un momento. —¡Dímelo Lily, saber qué! —exigió elevando el tono de voz apenas un poco.

—Albus no está muerto—respondió finalmente, evadiendo total y rotundamente la mirada de Scorpius. ¿Lily le había mentido todo este tiempo? ¿Quién más lo había hecho? Porque... no podía entenderlo, no podía entender nada de lo que estaba escuchando en ese momento. La pelirroja lo observó y sus ojos brillantes y azules lo invadieron con la verdad. —Escucha... estoy dispuesta a contarte la verdad, pero... necesito que te tranquilices—Scorpius no lo haría, ya no podía hacerlo, pero tenía que escuchar la verdad. —Mi hermano no está muerto, todos lo sabemos, lo sabíamos desde esa noche pero alteramos tus recuerdos y los de algunos otros, teníamos que hacerles creer que Albus había muerto porque de lo contrario se habrían metido en muchos más problemas, tú te habrías metido en problemas si sabías en dónde estaba Albus—

Scorpius entrecerró los ojos sintiéndolos humedecer pero forzándose a toda costa a no derramar ni una lágrima más. —¿Vas a decirme en dónde está? —Lily negó con la cabeza.

—No puedo, porque yo tampoco lo sé. Lo único que sabemos es que el alma de Albus quedó suspendida en una dimensión que no conocemos, no está muerto, pero tampoco está vivo por completo y nadie, puede sacarlo de ahí porque hasta ahora no existe una forma de hacerlo, mi papá se ha llevado la vida en buscar la forma pero...—Scorpius dio un golpe sonoro sobre la mesa.

—¿No se les cruzó por la jodida cabeza que yo podía haber ayudado? ¿No pensaron que quizá podrían haberme dicho la verdad y dejarme mover cielo, mar y tierra para encontrarlo? —

—Scorpius...—

—No Luna, no te atrevas a decirme que lo hicieron para protegernos porque no tienes idea de lo que ha sido para mí vivir así todo este tiempo. No hay noche en la que me duerma que no sueñe en lo que sucedió esa noche, no hay día que no extrañe cada parte de lo que él era sin sentirme culpable, tú no sabes, ninguno de ustedes sabe lo que es perderlo de esa manera, ¿y sabes que es lo peor? Qué... ya no estoy seguro que de lo que recuerdo es verdad, ¿cómo pudiste? ¿Cómo pudieron hacer esto? —Scorpius sabía que estaba gritando, que estaba completamente furioso y su rostro estaba lleno de lágrimas, pero no podía sacar su enfado de otra manera, se sentía traicionado y lo que era peor, por aquellos a los que había amado alguna vez como su propia familia.

—Scorpius... era lo mejor que—Lily no terminó.

—¡Cállate! No quiero escucharlo, no... no voy a escuchar nada más. Si dejo que mi hija se quede en esta casa es por la sencilla razón de que no quiero involucrarla en esto, pero te juro Lily Luna que esto nunca se los voy a perdonar, nunca—

Y Scorpius se desvaneció en el aire, había aparecido en su casa, en la casa que estuvo en luto por cinco años, en aquella casa donde Scorpius había desperdiciado su tiempo y sus lágrimas llorando a alguien que jamás había muerto. ¿Por qué le habían mentido así? ¿Con qué derecho Harry Potter se metía con sus recuerdos y con su vida?

Scorpius estaba alterado, furioso, completamente traicionado y comenzó a arrojar algunas cosas sobre el suelo. «Perdóname Albus, perdóname...» sollozaba. «Perdóname por no haberte buscado, por haberte olvidado así, perdóname por no haberte buscado... yo, lo siento, lo siento tanto...»

Mil cartas y un regaloWhere stories live. Discover now