VI

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La tarde que visité a la modista lo hice sola, el señor Lluch me había conseguido algunos modelitos, pero si quería hacerme un nombre debía ir vestida a la última. Por esa razón, aquella mañana había tomado un carruaje hasta el centro de Londres y me estaban tomando las medidas en una de las mejores modistas del momento. Según James, nada me haría entrar de mejor manera en la sociedad que unos buenos chismes.

-Entonces Madam Austen ¿Es usted de París? -Preguntó intrigada la mujer mientras me tomaba las últimas medidas.

-No podría considerarme de un sólo lugar. -Respondí con coquetería. – Me sentiría atrapada. ¿No cree usted que siempre es mejor disfrutar de la belleza de todo sin descartar nada?

-Tiene usted toda la razón. -Sabía que dijera lo que dijera ella me daría la razón, pero pensaba que hasta el momento mi interpretación estaba siendo lo bastante buena. - ¿Y cuánto tiempo permanecerá en Londres?

-Querida... Poner fecha de caducidad a algo es matarlo antes de comenzar. -Me sentía orgullosa de evadir todas sus preguntas de forma tan fabulosa. – Pero tenga por seguro que acudiré a usted para vestirme el tiempo que dure mi estancia. Por lo que he visto es usted exquisita en su trabajo.

-Me adulan sus palabras. – Dijo orgullosa.

Con la visita a la modista me aseguré de que ella hablara sobre mí a las otras clientas, proporcionándoles la jugosa noticia sobre una dama misteriosa, que parecía ser libre pero lo suficientemente bien educada y refinada como para captar el interés de la alta sociedad. Tras aquel primer encuentro dediqué muchos otros en comprar joyas, sombreros, guantes, vestidos... todo lo que pudiera comprarse yo lo tenía. Así mismo, hacía que todo lo enviaran a la que sería mi nueva residencia. Porque, aunque nunca hubiera estado en ella, tal y como habíamos planeado, una pequeña pero encantadora propiedad en el centro de Londres, no muy lejos de la residencia de soltero del señor Lluch, se convertiría en mi hogar por un tiempo.

Dos semanas después de haber realizado mis primeras compras me encontraba instalada en mi preciosa casita. La verdad es que a pesar de no haberla decorado yo misma, me encantaba. James me había dicho que podía cambiar lo que quisiera, pero a mí me parecía un desperdicio de dinero hacerlo. El primer día resultó entretenido, investigar la casa, colocar las cosas en el lugar que más me gustaba, conocer al servicio... pero los siguientes tres días fueron un fastidio. No estaba muy segura de cuál habría sido el proceder adecuada para alguien como yo, pero decidí en dos ocasiones salir a pasear en compañía de mi doncella.

El quinto día, cuando el sol ya había abandonado el cielo hacía rato, tal y como hacía cada noche, cambié mis preciosos vestidos por un atuendo de hombre, escondí mi larga trenza bajo una capa y un sombrero y caminé sigilosamente por los pasillos de la vivienda hacia la puerta trasera. A pesar de que los criados eran muy discretos y, según me había informado James, eran fieles trabajadores en los que podía confiar, no deseaba que tuvieran que mantenerse despiertos hasta altas horas de la noche esperando mi regreso. Salí de la propiedad y caminé con paso firme y rápido hasta la casa de James.

-¿Has vuelto a venir sola? -Preguntó al escucharme entrar en su despacho.

-Oh vamos James... no pretenderás que vestida de hombre me acompañe una doncella que proteja mi virtud. -Dije burlándome de él.

-Las calles de Londres no son seguras para nadie...- Aquellos meses que habíamos pasado preparándonos o más bien preparándome para la misión, James y yo nos habíamos hecho grandes amigos. Aunque él siempre dijera que no éramos amigos, yo sabía que no era cierto. La verdad, mi padre tenía razón al afirmar que confiar en tu compañero era fundamental para la misión.

-Creo que ambos sabemos que sé defenderme muy bien... En fin, ¿has conseguido averiguar algo esta tarde?

Por ahora, el único que había sido útil para la investigación había sido él. Yo todavía no era lo suficientemente conocida como para ser invitada a ningún evento.

LA VIDA TRAS LA MENTIRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora