XXVIII

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Las nuevas incorporaciones al equipo fueron estupendas. Con la ayuda de Josh y Daniel podíamos cubrir más flancos y la conexión que existía entre nosotros era increíble. La nueva pareja era capaz de anticipar las necesidades que una misión iba a presentar y ambos sabían muy bien como leer mi pensamiento tan solo con mirarlos. No podían haberme enviado mejores agentes.

-No te acercarías tanto a él si escucharas lo que se comenta en los bajos fondos... -Decía Josh mientras nos poníamos al día sobre los avances que habíamos hecho aquella noche.

-Aquí vuelve la reina del chisme.... -Que Daniel se metiera con alguien no era muy frecuente, pero sin duda con Josh no era capaz de contener su lengua. La mirada que le devolvió Josh mostró su disconformidad ante aquel comentario.

-No creo que pueda sorprenderme, ese hombre no tiene pelos en la lengua para dejar en claro qué es lo que piensa y eso es un claro reflejo de su actuación. En ocasiones, cuando lo escucho regodearse por actos horrorosos, pienso que no voy a ser capaz de controlar mis impulsos de golpearlo.

-Rubita, no sabía yo que eras tan violenta. -Respondió Josh. -Pero tienes toda la razón del mundo para querer darle en todo su careto. -Su interpretación de la situación fue demasiado cómica y no pude evitar reír.

-Creo que nos desviamos del tema. -Marcus, que hasta el momento había permanecido sentado detrás del escritorio del despacho mientras los demás nos encontrábamos cómodamente mal sentados en los sillones, se levantó para servirse una copa.

-Creo que ya no hay mucho más que decir. Definitivamente ese es nuestro hombre. -Aclaró Josh.

-La cuestión ahora es lograr encontrar la forma de introducirnos en el lugar en el que tienen a las chicas. – Formulé el siguiente paso de la misión sabiendo que todos eran conscientes de él.

-Una misión ambiciosa considerando el éxito que hemos tenido hasta el momento. -Comentó Josh.

-Creía que te gustaban los retos. -Dije divertida.

-Nena... sabes que me encantan los retos... pero quizás no ese tipo... -Acompañó su comentario con un movimiento de dejas que poco dejaba a la imaginación sobre cómo interpretar su afirmación.

-Muy gracioso... la verdad es que no entiendo cómo sigues solo... -Las pullas entre Josh y yo eran la base de nuestra relación, pero a Marcus no le parecían correctas. Por ello, no sorprendió a ninguno de los presentes que su intervención volviera a ser seca.

-Si lo único que piensan hacer esta noche es decir tonterías les invito a abandonar la residencia y descansar... quizá mañana tengan la cabeza más despejada y predispuesta a trabajar.

-En eso te doy la razón... -Dijo Josh sin perder el humor. -Hoy ha sido una laaarga noche y nos ha tocado interpretar algunos papeles que nos han dejado exhaustos.

-Algunos se meten demasiado en su papel... -Volvió a intervenir Daniel. – Mañana volveremos con alguna propuesta. -Dijo al tiempo que le hacia una señal a Josh para abandonar el despacho.

-Que descansen caballeros ... -Cuando ambos hubieron desaparecido de nuestra vista no pude evitar dejar caer mi cabeza en el sillón y cerrar mis ojos. – Estoy realmente exhausta.

Habíamos acudido a una velada, una vez esta había finalizado, habíamos seguido al señor Rickly y hasta que el sol no estuvo a punto de salir, este no había regresado a su residencia. Por no mencionar que el día anterior no habíamos dormido ni un poquito. Sabía que Marcus no se había comportado como él mismo aquella noche, pero supuse que estaría tan cansado como yo.

-Piensas dormir en mi despacho. -Dijo Marcus en un tono poco agradable haciendo que mi mente adormilada volviera en sí.

-Que yo recuerde este no es tu despacho... así que, si me apetece señor Lluch, puedo pasar aquí la noche.

-Fuera de mi despacho. -Aquello sonó como una orden.

-¿Perdona? ¿Pero a ti qué mosca te ha picado?

-He dicho que quiero mi despacho. -No se había girado para mirarme, seguía contemplando la pared como si fuera la cosa más interesante del mundo. Me levanté maldiciendo en mi interior por todo el cansancio que sentía.

-¿Qué te ocurre? -Pregunte posando mi mano sobre su hombro. Gesto que fue muy mal recibido por su parte.

-Quiero mi despacho libre. -Volvió a repetir con malas formas.

-Y yo quiero que dejes de hablarme así de mal... - Tras una larga pausa y viendo que no iba a ceder no pude evitar que mi orgullo saliera a relucir. -Yo te repito que este no es tu despacho y por ende puedo dormir aquí si me place... es más ¡Eso es lo que voy a hacer!

Dicho eso me volví a acomodar en el doble sillón y dándole la espalda cerré los ojos. Pronto el cansancio se apoderó de mí. Volví a medio despertarme al sentir que me cubrían con una manta, pero alguien había corrido todas las cortinas del despacho y este estaba muy oscuro.

La siguiente vez que volví a despertar fue de una forma muy poco placentera. Algo pesado cayó sobre mí cortando mi respiración.

-Oh perdona... no sabía que debajo de estás mantas había un despojo humano. -La voz de Josh fue lo primero que escuche aquella mañana. Aunque por la cantidad de luz que se filtraba entre las cortinas podía asegurar que ya habíamos dejado atrás la mañana.

-Quítate de encima... -Dije con dificultad a causa de la falta de oxígeno.

-¿O qué Rubita? ¿Creo que ahora mismo podría hacer lo que quisiera contigo? Déjame pensar...- Yo me encontraba enredada en la manta y aplastada por Josh. Por ello, cuando comenzó a hacerme cosquillas y mi cuerpo intentó librarse de él con violentos movimientos, no me sorprendió que los dos termináramos en el suelo.

-Creí dejar claro que no se podía entrar en mi despacho... -La voz de Marcus se fue apagando conforme entraba en la habitación. Tras él apareció Daniel, el cual pareció aburrirse al contemplar la situación en la que nos encontrábamos. -Les agradecería que se comportaran como adultos.

-Parece que alguien se ha despertado de mal humor. -Me dijo Josh en un susurro.

-Últimamente no hay quien pueda aguantarlo...- Respondí provocando la risa de Josh.

-Ah Rubita qué ciega estas.... -Añadió al tiempo que me ayudaba a recoger los cojines del suelo. 

LA VIDA TRAS LA MENTIRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora