IX

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-Creo que esto es toda la información que podemos proporcionar por ahora. -Extendí la mano con las hojas que había redactado para que James pudiera leerlas. – Espero que comprendan que la inactividad del asesino nos pone en una situación complicada.

-Anna, esta no es una misión sencilla, saben que llevará tiempo... quizás más de lo que pensamos. – Respondió James tras leer el reporte que había hecho para envía al servicio secreto.

-Por lo menos vamos descartando sospechosos, añadiré las cuartadas de todos aquellos caballeros que sabemos a ciencia cierta que no estuvieron en los lugares en los que se cometieron algunos de los delitos.... Debería ser más sencillo ¿Verdad? -James me miró interrogativo. -Quiero decir, lograr la lista de las personas que han estado presentes en los lugares en los que se han cometido todos los asesinatos no debería ser tan difícil ¿cierto?

-La teoría siempre es más fácil que la realidad. Ya hicimos la lista con todos los que estuvieron presentes y si tu increíble memoria no ha empezado a fallar eran más de 500 personas...

-527 para ser exactas y eso que hemos dado por hecho que el asesino es hombre, porque si no fuera así nuestra ratio sería mucho más amplia. Odio estar en un callejón sin salida ...- Dije bufando al tiempo que dejaba caer mi cabeza hacia atrás en el respaldo.

-Debemos añadir los nombres de aquellos nobles que están participando de actividades ilegales.- Pareció recordar James

-¿Crees que nos dejarán investigar algo que no incluya únicamente nuestro caso? -Pregunté intrigada.

-No sería la primera vez, y más cuando vean que por ahora nos encontramos en un callejón sin salida.

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Una semana después de haber enviado el reporte a los altos mandos, yo me encontraba paseando entre las tiendas de una de las calles principales, cuando me encontré con Margerite.

-Quegida Madam Austen cgreí que se habgría ido de la siodad, es un plaseg veg que estaba equivocada. -Dijo ella alegremente tomándome del brazo como si fuéramos grandes amigas.

-Para mí también es un placer encontrarme con usted. -Dije rememorando la única vez que había visto a aquella dama, en la cual ella había sido mi tapadera para librarme de las atenciones indeseadas de un caballero.

-Cgreo grecorgdar que decidimos olvidagnos de las formalidades -Dijo mientras tiraba de mí hacia un pequeño banco.

-Eso es cierto. -Respondió con una sonrisa.

-Ha sigo toda una suegte encontragte, mi magido ha salido de la ciudad por una laga tempogada. Supongo que como mujeg grecien casada debegia estar apenada. Así que paga matag el tiempo he decidido llenag mis días de actividades, fiestas... Ya sabes.

-Me parece una idea extraordinaria. No hay nada mejor para hacer que el tiempo pase que mantener el cuerpo y la mente ocupadas. -Dije al tiempo que vislumbraba la silueta de James en la puerta de una de las tiendas.

-Tiene usteg toda la gazón el cuerpo debe mantenegse ocupado. -Dijo juguetona. - ¿Quién es ese caballego que no le quita el ojo de ensima? -Preguntó refiriéndose a James.

-La verdad es que no lo sé, aunque me suena haberlo visto en alguna de las fiestas a las que he acudido... ¿Es interesante no crees? – Aunque todavía necesitaba hacer que mi posición como amante despegara un poco más, no estaba mal que ya se supiera que estaba algo interesada en James.

-Integesantísimo... está bien sabeg que está entre tus opciones, así yo lo sacague de las mías. -Yo la miré sorprendida. -Eso es lo que hacen las amigas ¿ui?

LA VIDA TRAS LA MENTIRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora