XXXVII

113 22 0
                                    

-Marcus... -Mi voz sonaba algo extraña.-Estás despierta... ¡Ni se te ocurra volver a hacer algo así en tu puñetera vida! – Las lagrimas rodaban por sus mejillas. Dando muestra del miedo que realmente había vivido por mí. -Eh...-Dije acariciando su mejilla. -Estoy bien. -No, no lo estás tienes un par de costillas rotas y moretones por todas partes... llevas dos días en cama casi muerta, por no hablar de lo hinchada que tienes la cara...-Creo que mi cara no es mi mayor preocupación. -Dije divertida.-No es gracioso Anna. -Dijo muy serio. – Creí que no podría encontrarte que no llegaría a tiempo... ¿Cómo se te ocurrió hacer una estupidez tan grande? ¿El señor Rickly...? ¿Alguno de esos...? -Sabía perfectamente qué estaba queriendo preguntarme.-¿Cambiaria eso algo?-Cambiaría el hecho de que siguieran con vida. – Su mirada de odio hacia mis posibles violadores me heló por completo. -No me tocaron... jamás dejaría que lo hicieran. Marcus, estoy bien. -Añadí para intentar calmarlo.-Cuando te desfalleciste pensé que te perdía. Yo... Hay tantas cosas que quiero decirte que no se por dónde empezar, la primera vez que te vi... - Dijo tras unos segundos de silencio. - Bueno que se puede decir cuando una aparición angelical se te planta delante y te dice que quiere seducirte... -No pude evitar golpearlo cariñosamente al recordar aquel primer momento acción que me proporcionó un quejido . – O la rabia que sentí al verte coqueteando con otros hombres, lanzando miraditas y sonrisas a todos menos a mí... porque sabía que las que me dirigías eran tan falsas que me dolía que lo hicieras. Supongo que el momento en el que decidí que eras la mujer de mi vida, con la que quería envejecer fue cuando desperté en tu despacho, me habías tapado con una manta y tu estabas muy concentrada redactando papeles detrás de tu escritorio. Cualquier otro hombre puede que se hubiera sentido inferior al ver lo capaz que eras de hacer las cosas no únicamente tú sola, sino mucho mejor de lo que yo las hubiera hecho, pero yo ... me enamoré de ti por completo. Por no mencionar que eres capaz de darme una paliza. Y luego está lo que ocurrió en el carruaje... lo siento tanto, no siento lo que ocurrió sino las razones que te llevaron a ello y lo egoísta que fui. Conociéndote debí suponer que algo te ocurría, pero tenía tantas ganas de ti, llevaba tanto esperando ese momento que el deseo me cegó... prometo que no volverá a repetirse... -¿Eso... eso quiere decir? -Comencé a preguntar sin poder evitar que una fuerte tos me sobreviniera. - ¿Eso quiere decir que no te volverás a acostar conmigo?-¿Esas son las primera palabras que vas a pronunciar después de todo lo que te he dicho? – Preguntó al timepo que una gran sonrisa se dibujara en su rostro. -Creo que es importante saber... -Sus labios silenciaron mi discurso. -Nunca volveré sólo a acostarme contigo, en adelante pienso hacerte el amor como corresponde, demostrándote lo mucho que te amo... -Dijo volviendo a besarme. Un fuerte carraspeo nos devolvió a ambos a la realidad. -Espero que cumplas con tu deber después de lo que acabo de escuchar. -Dijo un James muy serio. -No pienso cumplir con ningún deber u obligación. -Dijo Marcus sin apartar su mirada de mí. -Lo que voy a hacer es cumplir un sueño. Ana ... , te puedes creer que no me sé tu verdadero apellido, bueno eso no importa ¿Quieres casarte conmigo?-Yo... -Por supuesto que mi respuesta iba a ser que sí, pero de pronto recordé mis obligaciones, mi deber, mi misión. – Yo no puedo. Tomé una decisión y ahora debo vivir con las consecuencias. -¿De qué diantres hablas? -Marcus no se esperaba una negativa y aquello lo había puesto de muy mal humor. -Soy una espía Marcus y he jurado llevar esta misión a término, por lo que no puedo casarme contigo, o no hasta que la misión finalice. Sin mencionar que soy menor de edad y que supongo mi padre habrá dejado mi tutela a mi tío ...-Yo escribí al Duque para pedir tu mano... -Dijo Marcus algo avergonzado. -¿Qué escribiste a mi tío? -Dije incorporandome con algo de dificultad en la cama.-Mientras estuve en Londres yo ... bueno yo tenía, y tengo las cosas muy claras. -Dijo como toda justificación.-¿Y cómo puede ser que no sepas mi apellido? -Pregunté sin comprender cómo podía haber encontrado a mi tío sin saber cómo me llamaba yo. -¿En serio vuelve a ser esa la pregunta más importante que tienes para mí ahora? Eres increíble...-James, ¿Tú qué dices? -Pregunté a mi compañero y gran amigo. -¿Cómo qué él qué dice? James no tiene nada que decir en todo esto... a no ser que lo quieras a él en cuyo caso no sé por qué demonios no me has hecho callar hace una hora... -El mal humor de Marcus me hizo reír y aquello provocó que se pusiera más rojo todavía. -Yo creo ... -comenzó a decir James. -¿Piensas escuchar lo que él diga, antes que a mí? -Interrumpió Marcus. -Ana, puedo cubrirte un par de días como mucho, pero quizás es tiempo suficiente si tenemos todo el papeleo preparado y la aprobación de tu tío ... -Eres el mejor ...- Dije acercándome a él con torpeza y abrazándolo. -¿Estás segura de ello? -Murmuró junto a mi oído. -Lo estoy. – Respondí en un susurro. -Eres el mejor compañero y el mejor amigo que podría desear. -Espero convertirme también en el mejor hermano. -Dijo sin perder la seriedad que lo caracterizaba. -Eso no lo dudes. -Dicho esto me giré hacia Marcus. El cual lucía más que desesperado por saber cuál era mi respuesta. – Tenemos que dejar claros algunos puntos... -Dije acercándome a Marcus. – No pienso tolerar que estés con ninguna otra mujer, no voy a obedecerte ni dejarte ganar en las discusiones, yo...-Sí a todo lo que quieras. -Dijo al tiempo que me impedía hablar con su mano. -Tú estás al mando Amor. -Esto va a ser muy divertido. -La alegre voz de James nos sorprendió a los dos. -¿Todavía sigues aquí? -Preguntó Marcus sin girarse. -No creo que disfrutes viendo lo que ocurrirá a continuación. – Y dicho esto me besó. ........................Permanecí en cama durante dos largas semanas, en las cuales llegué a pensar que el compromiso y la declaración de Marcus habían sido producto de mi imaginación. La convinación de la medicación, la ausencia del novio y la total incomunicación no fueron buena combinación. Gracias al cielo, cuando la tercera semana de convalecencia iba a dar comienzo y mi paciencia llegaba a su fin, James hizo acto de presencia en la casa.Unos suaves golpes en la puerta me sacaron de mi ensoñación. Me encontraba sentada en el sillón del despacho intentando distraerme, pero sin nada que hacer.-Adelamte. -Ana... qué alegría verte tan recuperada. -Dijo James realmente contento de encontrarme activa de nuevo.-Si vienes a decirme que tu hermano ha cambiado de opinión te mato primero a ti y después a él. -Dije de broma. -Si viniera a decirte eso, yo habría sido el primero en matarlo. -Respondió siguiendo la broma.-¿Se puede saber dónde os habéis metido los dos todo este tiempo? -Bueno... han surgido algunas complicaciones más allá de los asuntos de la boda eso unido a encubrir tu ausencia y a esparcir los rumores de nuestro translado a un nuevo país... Y a sabes como funciona esto, nada es fácil y rápido.-De acuerdo, quedas perdonado... Sin dar más rodeos ¿Cuál es el plan? -Pregunté sabiendo que mi boda se había convertido en mi nueva misión. -Lo hemos organizado todo y Marcus tiene todos los papeles necesarios. Deberéis conformaros con cuatro días... si realmente quieres continuar en la misión ¿Estás segura de que esto es lo que quieres? -No voy a renunciar a encontrar al asesino James. Sé que Marcus y yo vamos a sacrificar mucho y que no tenemos certeza alguna sobre el momento en el que podremos realmente volver a estar juntos o comenzar una vida de verdad. Esto es lo que soy. -Aquella decisión me había mantenido en vela más de una noche, pero estaba segura de que estaba haciendo lo correcto. -Entonces no hay más que hablar. En unas horas partiremos rumbo a nuestro nuevo hogar. De camino te dejaré en una posada en la que Marcus te estará esperando. Yo llegaré antes a nuestro nuevo hogar y prepararé todo para recibierte. Unas horas más tarde nos encontrábamos de camino a la posada cuando asaltaron nuestro carruaje. Con aquello no habíamos contado, por lo visto algunos seguidores del señor Rickly no se habían tomado nada bien la aparición de las autoridades en el lugar en el que estaban las chicas y me culpaban a mi de ello. No por el hecho de ser espias, que fue lo que los dos consideramos en un principio. Si no por ser la amante cuyo comportamiento caprichoso había hecho que se descubriera todo. Gracias al cielo todo terminó en un gran susto y con James recibiendo un par de disparos. -Menuda forma de comenzar una boda. -Dijo intentando animar el ambiente. -No tiene gracia James. -Respondí seria al tiempo que le vendaba la herida con algo de dificultad debido al traquetéo del carruaje. -Deberíamos detenernos.-No, te dejaré en la posada y proseguiré, puedo esperar un par de horas hasta coser las heridas. -Estás perdiendo bastante sangre. -Dije preocupada. -No hay alternativa Ana, si me acompañas ya no podrás volver después. Sabes que estaremos muy vijilados. Marcus me mata si secuestro a la novia los únicos 4 días que vais a poder estar juntos. -Creo que te perdonará después de haber salvado mi vida. -Mi mente intentaba buscar una solución satisfactoria para todos. -Quizás podrías quedarte en una posada cercana y finjir que te han asaltado por el camino. De esa forma estarías atendido por un doctor y al mismo tiempo si necesitas algo nosotros estariamos cerca también. -Ana, de verdad que esto no es nada. No me voy a morir y lo sabes... así que cuando el carro se pare tú te cubres bien con la capa para que no se vea toda esa sangre de tu vestido y te quedas con tu futuro marido ¿Si?Al llegar al lugar en el que Marcus me esperaba, James no tuvo que insistirme mucho para que bajara del carruaje, las ganas de ver a Marcus y de casarnos me hicieron alvidar el resto de cosas. Tal fue así que terminé casandome con un vestido recubierto de sangre de James y sin haber informado a Marcus del altercado vivido. No fue hasta que llegamos a la habitación que nos habían preparado y me retiré la capa que la cara de Marcus me hizo darme cuenta de que había demasiadas cosas de las que no le había informado. -Creo que no me dejo nada... -Finalicé el relato del asalto. -Si James dijo que estaría bien es que lo está. - Dijo Marcus confiado. -¿De verdad lo crees? Porque él simpre intenta...- Los labios de Marcus silenciaron mi discurso.-Confio en que lo esté. Ahora mismo sólo quiero disfrutar del tiempo que tenemos juntos. -Dijo abrazándome. -Hay algo más que yo no te he dicho y lo siento. -Mis palagras no sonaron tan bien como yo había planeado, y no me di cuenta hasta que vi la cara de preocupación de Marcus. -No es nada malo, pero soy una persona horrible. Después de que tú te declararas y no menos que delante de James, el cual a pesar de todo, sé que estará riendose de ti por el resto de tú vida. Yo no dije nada. Y yo... bueno sabes que nunca he tenido la necesidad de hablar de sentimientos por no hablar de saber gestionarlos. Cuando te conocí me volvias loca, pero no en un buen sentido. -Añadí al ver su cara de suficiencia. - Después comenzamos a trabajar juntos, a convivir y eras no sé todo lo que nunca había sabido que quería. Siento no haber sabido darme cuenta antes. Te quiero y sé que vamos a tener que sacrificar mucho para que yo siga siendo espía y te quiero todavía más por aceptar eso... Vas a decir algo. -¿Pregunté después de esperar con paciencia unos largos minutos.-Estaba esperando a que dijeras más cosas bonitas sobre mí, sobre la primera vez que me viste, sobre todos los momentos que hemos compartido...-Dijo divertido. -Te quiero. Bueno, y este es el comienzo de nuestra vida, una historia llena de dificultades, retos, misterios, riesgos y paciencia, sobre todo mucha mucha paciencia.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 10 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

LA VIDA TRAS LA MENTIRAWhere stories live. Discover now