X

199 38 1
                                    

-Anna esa no es nuestra misión. -Repetía James por enésima vez.

-Ya se que no lo es. -Dije algo cansada a causa de su negativa. -Pero no puedo soportar quedarme de brazos cruzados al ver como se cometen injusticias, maltratos, asesinatos, fraudes y robos a nuestro alrededor y no hacer nada ... James nuestro caso lleva casi bloqueado desde que llegamos aquí, se que debemos tener paciencia, pero... estoy segura de que ayudar en otras cosas mientras no nos alejemos de nuestra misión no puede ser algo malo... -Dije poniéndole ojitos de súplica.

-Ni creas que me das lástima... -Respondió algo risueño.

-No nos respondieron cuando dimos los nombres de los traficantes, pero ahora podemos demostrarlo, tenemos pruebas suficientes.

-Ya mandé la información que habías recabado y ahora estamos esperando indicaciones antes de adentrarnos entre las mafias.-Añadió como si nada.

-¡¿Cuándo pensabas decírmelo?! – Exclamé sorprendida.

-En el momento en el que me den una respuesta. -La mirada firme de James se relajó. – Te conozco bien Anna, sabía que la espera sería una tortura para ti.

-Que considerado...- Dije intentando que mi semblante mostrara seriedad. -¿Hace cuánto que la enviaste?

-Unos días.... Quizá una semana. -Respondió sin dar una fecha concreta.

-¡Oh vamos! Se que puedes ser un poco más preciso.... -Respondí al tiempo que me acercaba a James como una depredadora a punto de cazar a su presa.

-Annaa... -Me advirtió sabiendo lo que le esperaba. -Ni se te ocurra....

-¿Qué es lo que no se me puede ocurrir compañero? -Él alzó una ceja como toda respuesta, pero aun así ataqué. En menos de un minuto nos encontrábamos enzarzados en un combate de cosquillas que yo sabía James odiaba y amaba a partes iguales.

-¡Me rindo! -Exclamó él. -Hace 9 días que les hice llegar la información.

-Si lo enviaste hace nueve días o bien les llego hace dos o tres días. Teniendo en consideración que habrán enviado el correo por emisario especial debería llegarnos respuesta... mi mente siguió haciendo cálculos sobre el momento exacto en el que tendríamos en nuestro poder la autorización necesaria para actuar.

-Anna... no haremos nada hasta recibir respuesta. -Especificó para dejármelo más que claro.

-Lo sé, lo sé... pero de ahora en adelante las siguientes fiestas a las que asistamos sabré a qué caballeros sería conveniente acercarme.

-Eso si que no. No pienso dejar que lleves a esos depravados a tu casa ni loco. -Dijo en tono autoritario.

-James, te recuerdo que no eres mi padre... recuerdas que somos compañeros ¿verdad? – Dije algo harta de que siempre saliera en mi protección como si fuera una damisela en apuros y no una espía como él.

-No me vengas ahora con esas...

-Sí que vengo ahora con esas, si fuera un hombre no pondrías objeción alguna a que retozara con cuantas mujeres fuera necesario para sacar información. Pero claro soy una frágil flor y tú mi protector.

-Eso son estupideces y lo sabes. Se cuánto vales y no te infravaloro, pero hay hombres demasiado peligrosos. Y no sólo para ti, también para mí. -Dijo alzando algo la voz.

-Ni creas que me trago esa historia James. No estoy diciendo que desee encamarme con ellos, pero si creo que puede ser productivo para la misión no dudaré en hacerlo, que quede claro. -James no dijo nada más, pero su ceño fruncido hablaba por él. -Voy a ir a refrescarme, volveré en un momento. -Dije ante la necesidad que tenía de calmarme. Unos minutos después volví al despacho.

-Sigo sin creerme que tengas una mujer como compañera... -La voz de Marcus me hizo detenerme. – Si llego a saber que había mujeres tan hermosas al servicio de la corona habría ido a los entrenamientos más que encantado. Menuda damita la tuya...

-Ya basta Marcus. – La orden de James era algo excesiva, hasta yo había entendido que Marcus sólo bromeaba. – Anna es mi compañera y no toleraré que le faltes al respeto.

-Así que Anna... -El hecho de que ignorará la advertencia no pareció sorprender James.

-Será mejor que no la provoques si no quieres terminar lastimado, es realmente buena en todo lo que hace. -Aquel alago me hizo sonreír.

-¿En todo?. -La entonación maliciosa en la voz de Marcus me hizo imposible continuar tras la puerta.

-En absolutamente todo. -Dije siendo más que consciente de la pregunta implícita que escondían sus palabras. – Parece que no hay forma de deshacernos de esta versión barata de ti. -Añadí sentándome junto a James en el sofá.

-Preciosa ... acostúmbrate a este hermoso rostro porque lo vas a ver más de lo que podrías soñar. -Dijo guiñándome un ojo.

-¿Eso no significa lo que yo creo verdad? – Mi pregunta sonó desesperada, pero el hermano de James era irritante y pensar que se quedaría con nosotros un tiempo me ponía de mal humor.

-Anna, lo siento muchísimo, pero han surgido algunas complicaciones en casa y debo volver a resolverlas. -Se disculpó James.

-Pensaba que la misión era lo más importante. -Dije seria.

-Al parecer alguien no tiene vida... -Dijo Marcus irónico.

-Marcus podrías dejarnos un momento a solas. -Dijo James sin apartar su rostro del mío.

-Oh claro... no sea que mi presencia altere a la dama. Esperaré a sus órdenes en el pasillo. -Dijo al tiempo que hacía una exagerada reverencia.

-Anna...- Comenzó James una vez que Marcus desapareció de nuestra vista. -Tengo que volver a casa a resolver unos asuntos del título, espero no me lleve mucho tiempo, pero por lo que me a contado Marcus quizás tenga que estar allí un mes.

-¡Un mes! ¿Qué se supone que voy a hacer yo con ese hombre como compañero? -Pregunté algo desesperada.

-Marcus es mejor espía de lo que deja ver... quizás este hecho haga que tengamos que adelantar un poco el convertirnos en amantes, pero creo que juntos podéis continuar con la investigación hasta que yo vuelva. Además, intentaré agilizar el permiso para que podamos investigar los otros casos también.

-¿Intentas comprarme? -Pregunte sorprendida.

-¿Funciona? -Preguntó levantando una de las comisuras de su boca.

-Eres lo peor... -Dije sin poder evitar reír. - ¿Qué es tan urgente como para que te manden al sustituto?

-Yo... es un asunto familiar. – Yo me acerqué a James sin poder evitar llevar mi mano a su mejilla, se le veía afligido.

-Sabes que puedes confiar en mí, ¿Verdad? -Al ver que apartaba la mirada supe que no quería hablar del tema. – Estaré aquí cuando quieras contarme.

Antes de que hubiera retirado mi mano de la mejilla de James, Marcus volvió a ingresar por la puerta.

-Siento interrumpir este precioso momento, pero los besitos tendrán que esperar a la vuelta. James es el momento de irte.

-Siento que no puedas estar presente. -Dijo James al despedirse de su hermano.

-No te preocupes, hicimos todo lo que debíamos... y la misión va por delante ¿no compañerita? -Dijo Marcus intentando que el se animara la despedida.

Cuando James desapareció por el pasillo me giré hacia Marcus con la intención de sonsacarle algo de información.

-No sé qué clase de hombre desleal crees que soy, pero ni sueñes con que te voy a decir algo si mi hermano no lo ha hecho... bueno ... aunque quizás podrías hacerme cambiar de opinión si me ofreces algo dulce a cambio. -Dijo al tiempo que movía sus cejas con mucho descaro.

-Dios mío dame paciencia...- Respondí mientras salía de la estancia. 

LA VIDA TRAS LA MENTIRAWhere stories live. Discover now