O.S 🌸 [BakuTodo]

Stupid

💥❄️🔥

( relación establecida )

   Bakugo chasquea su lengua mientras aparta la vista de su estúpido novio. —¿Qué opinas? —pregunta aún sin verle, no podía contra la mirada exageradamente brillante de Todoroki, quien se había quedado congelado viéndole con demasiada atención.

—Es... Te ves realmente bien. —Shoto dice aún demasiado deslumbrado por lo bien que se veían Bakugo en su yukata.

* (Diseño de las yukatas en multimedia; izquierda Bakugo, derecha Shoto)

—Es obvio. —Katsuki chasquea la lengua, aún no puede mirar a su novio, tiene la cara completamente roja.

—Muy atractivo. —Todoroki no ayuda a que esa reacción pase, agregando más cumplidos a su apariencia.

—¡Ya entendí, estúpido mitad-mitad, ahora cállate! —estalla sin sentido, regresando al vestidor para cambiarse. Su corazón estaba latiendo emocionado por todo lo mencionado, era tan ridículo la calidez que unas simples palabras podían causar, cuando venían de una persona especial.

—¿Te llevarás ese? —escucha a Todoroki preguntar del otro lado de la cortina. —Porque me gustó mucho. —dice.

—¡Si, me lo llevaré! —porque fue el que más te gustó. Pero no lo dice, sólo aprieta sus labios mientras entra en sus pantalones. —Busca algo para ti, te lo compraré si me gusta.

—Está bien. —Shoto dice con sencillez, alejandose para buscar un yukata para él. Tenía un montón en casa, pero no podía negar que le hacía feliz cuando Bakugo tomaba la iniciativa de comprarle algo. Además, si se negaba, posiblemente le molestaría.

Con Todoroki en algún otro lado de la tienda, Bakugo logra calmarse lo suficiente para que su corazón vuelva a latir con normalidad y su cara deje de parecer un tomate. Estúpido bastardo de mierda, le desagradaba que le pusiera en ese estado tan ridículo a veces incluso con una sola mirada. Le molestaba que tuviera tanto poder sobre él. Pero, aún así, también le gustaba muchísimo.

—¡Hey, Bakubro! —reconoce cuando sale del vestidor, es Kirishima, acompañado por el tonto de Kaminari y el estúpido de Deku.

Frunciendo su ceño, se pregunta qué hacen allí.

—Que casualidad encontrarte aquí. —Kirishima está rápidamente sobre él abrazándole al pasar un brazos por sus hombros. Es de los pocos que se acercan tanto a él y no salen volando con una explosión. —¿Vienes también a comprar una yukata para el festival? —era lo obvio, o si no ¿Para qué entraría en una tienda como esa?

—Nosotros también, nos encontramos a Midoriya en la entrada. —el rubio eléctrico menciona con una sonrisa igual de tonta que su novio el pelirrojo, atrapando a Deku en un abrazo igualmente por sobre sus hombros.

—¿Estás solo? —Kirishima pregunta dando una mirada por todo el lugar, encontrando el mismo la respuesta, cuando está aparece detrás de ellos.

—Chicos. —Shoto se sorprende de ver a los demás allí.

—¡Todobro! —el pelirrojo se suelta del rubio para llegar al novio de este. El apodo había aparecido cuando se enteró de la relación entre esos dos. —¿También estás comprando una yukata? —ve la tela doblada en sus manos.

—Así es. —Todoroki responde con simpleza acompañado de un pequeño asentimiento luego de los saludos hacía los nuevos acompañantes en esa salida.

—Muevete, ya me quiero ir de aquí. —Bakugo le apresura con una mirada molesta. Los momentos que pasaba en solitario con el mitad frío mitad caliente, eran pocos, por lo que estaba irritado de que los demás aparecieran. Ahora no se los podría quitar de encima, estaba seguro.

—Si. —Todoroki asiente entrando al vestidor, comenzando a cambiarse para ponerse el yukata que amablemente una trabajadora de la tienda le había dado. Le ayudo a encontrar el que mejor podría quedarle, según ella. Tenía un diseño bonito y sencillo de flores, perfecto para un festival de primavera. —Voy a salir. —anuncia.

Inmediatamente todos los presentes fuera del vestidor guían su atención al chico que sale de allí, interesados en el yukata que Todoroki pudo haber escogido. Todos se sorprenden, pero no porque fuera un yukata de chica, sino porque Shoto se veía asombroso en él. Parece que literalmente brilla en la prenda, se ve tan confusamente hermoso. El yukata venía en dos tonos, la parte superior blanca con flores rojas en un costado, mientras que la parte inferior era roja y también tenía flores a un lado cerca del final; una tira dorada atada a su cintura.

—¡No lo miren, malditos extras! —Bakugo estalla asustando a todos, quienes pasan de Todoroki a él. —¡No merecen mirarlo!

Luego de la impresión inicial, completamente atrapado por lo hermoso que podía llegar a ser su novio, Bakugo reacciona mirando a los bastardos a su lado, notando que miraban con demasiada atención a Shoto. ¡Le irritaba tanto! Sólo él tenía permitido adorar con tanta fuerza a Todoroki, los demás eran mortales que no se merecían ver tal belleza.

—Kacchan. —Izuku hace una mueca ante la repentina reacción de su amigo, creyendo que era un poco exagerada.

—Bakubro. —Kirishima inicia. —Le hemos visto incluso desnudo varias veces. —informa, también pensando que la reacción de su mejor amigo era demasiado exagerada, incluso había saltado frente a Shoto para cubrirlo inútilmente con sus brazos. No tenía sentido que se molestara porque vieran a Todoroki con una yukata y no desnudo en los baños.

—¿Qué dijiste, imbécil? —los presentes pueden ver esa aura oscura y agresiva alzarse detrás del rubio. Quizás no había sido buena idea mencionar aquello. —¿¡Quieres morir!? —Bakugo realmente podía ser demasiado celoso sobre Todoroki. —¡Voy a matarte!

—Ese yukata se te ve muy bien, Todoroki, ¿Lo llevarás? —Midoriya logra escaparse del escándalo que Bakugo estaba haciendo al perseguir a Kirishima y Kaminari, acercandose a Shoto con una sonrisa amable.

—Si, creo que sí. —el de cabello rojo y blanco asiente mirándose en el espejo al lado del vestidor. Realmente le gustaba y, por la reacción de Bakugo, a él también.

—¡No, ni lo pienses! —sin embargo lo escucha gritar.

—Empaque esto para llevar, por favor. —le ignora completamente, llamando a una de las chicas de la tienda para que le atendiera mientras su novio jugaba con sus amigos.

[...]

—¡Alejense de él, extras! —Bakugo vuelve a estallar cuando llegan al festival por la tarde, ambos en sus yukatas, tomados de la mano sin importarles el mundo a su alrededor.

Todos sus amigos se habían acercado para decirle lo lindo que era su yukata, además de lo bien que le quedaba aún siendo algo femenino. Bakugo se había cansado de la atención que estaba recibiendo. ¡Cuando llegaran a los dormitorios le arrancaría el estúpido yukata!

—Tranquilo. —Todoroki le da un pequeño apretón a su mano. —Tu también te ves muy bien. —Y le sonríe inocentemente, tan feliz.

—No es por eso. —Katsuki se rinde ante su sonrisa, desviando la mirada por la vergüenza. Su novio era un dolor de cabeza.