Capitulo 1

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— La cuenta ya no existe — Jimin no dejaba de repetir con voz quebradiza la desoladora noticia mientras salía del banco.

Todavía tenía en la mano el check que había intentado cobrar sin éxito. Bajo la brillante cascada de cabellos negros, el aturdimiento estampado en sus delicados rasgos, sus ojos color miel rezumaban perplejidad. Subió de nuevo al coche antiguo de Kim Namjoon.

— ¿Por qué has tardado tanto? — preguntó Nam mientras salían del banco.

Girándose en su asiento para comprobar que sus mellizos seguían dormidos en sus sillitas de coche, Jimin masculló.

— Tuve que hablar con el subdirector.

— Eso será porque ahora eres un hombre forrado — bromeó Nam, refiriéndose al dinero que Jimin había ingresado en el banco lleno de orgullo unas semanas antes.

— Y me dijo que la cuenta ya no existe — continuó Jimin con secuela. Al llegar al semáforo, Nam giró bruscamente su rubia cabeza hacia el.

— ¿Cómo dices?

— Shin Hye ha cerrado la cuenta

— ¿Tu madre ha hecho eso? — lo interrumpió Nam sin poder creer lo que oía.

— Algo malo debe de haber pasado, Nam

— Y que lo digas. ¿Cómo podría tu madre cerrar la cuenta?

— Es su cuenta.

Al oírlo, Nam lo miró desconcertado.

— ¿Y por qué no tienes una cuenta a tu nombre?

— Porque hasta el mes pasado en que vendí todos esos cuadros no tenía dinero que meter en esa cuenta propia — respondió Jimin a la defensiva —. ¡Shin Hye me estaba manteniendo!

Poco impresionado por el argumento, Nam arrancó nuevamente cuando el semáforo cambió.

— Aun así, era tu dinero, el resultado de vender tus primeros cuadros .— Su insistencia hizo enfadar aún más a Jimin.

— Shin Hye y yo funcionamos según la premisa de ''lo mío es tuyo'', Nam. Somos una familia. Nos apoyamos. Si ha sacado todo ese dinero, será porque lo necesitaba — se detuvo, asaltado por un nuevo motivo de alarma —. ¿Te das cuenta de que hace más de dos semanas que no hablo con mi madre? ¡Cada ves que llamo me, salta el maldito contestador!

— No me sorprendería que hubiera cambiado la cuenta de sitio y se le hubiera olvidado decírtelo — sugirió Nam en tono conciliador — No te preocupes más. Es mi día libre. ¿Qué quieres hacer ahora?

Todavía perplejo, Jimin sacudió la cabeza lentamente.

—No puedo ir de compras sin dinero.

—Te haré un préstamo temporal — dijo Nam, encogiéndose de hombros para quitar importancia al asunto.

—No, gracias — se apresuró a decir Jimin, decidido a no abusar de él de esa forma —. Será mejor que volvamos a casa. Tengo que llamar a Shin Hye y averiguar que está pasando.

—Seamos sensatos, Jimin. Casi nunca está en casa y mientras tú necesitas comer — señaló Nam con el sentido práctico de un hombre cuya fortuna familiar se construyó gracias a esa necesidad.

Sin embargo, Jimin se mostró inamovible. Media hora después, Nam detenía el coche en el sendero empedrado de una destartalada casa fortificada que contaba incluso con una torre rodeada de un oxidado andamiaje. Jimin vivía en Gangseo- Busan trabajando como portero por lo que no pagaba alquiler. El propietario vivía en el extranjero. Se trataba de un amigo de Shin Hye que no tenía dinero para mantener su herencia, ni ganas de solicitar las ayudas que se otorgaban para la reparación de edificios de importancia histórica.

UNA NOCHE CON JIMIN - KOOKMINWhere stories live. Discover now