Capitulo 8

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Jungkook no tenia ni idea de cómo hablar con un niño, pero sí se había esforzado por mostrador amable y tranquilizador, había especificado una villa, su fabulosa casa en el área de Gangnam, en la que parecía que Jimin iba a vivir con Jungkook y su familia, pero al llegar la gélida desaprobación del padre de Jungkook, lo había asustado y confundido, su único comentario fue lo increíblemente insulsa que era y la hermosa madre de Jungkook, Jeon Jung Soo no le había mostrado más atención que la que se encontró con un gato callejero.

Al día siguiente, Jungkook lo había llevado a la casa de Jennie Kim. La mujer había recibido con los brazos abiertos, limonada y galletas caseras, emergiendo de sus recuerdos, Jimin se encontró contemplando los rayos de sol que se colaban atenuados a través de los cristales tintados, resaltando el brillo del pelo castaño, ensombreciendo su mandíbula implacable y acentuando la longitud de sus pestañas.

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Una delgada mano bronceada descansaba sobre el extremo del escritorio que había dentro del coche, mientras trabajaba con el portátil y habla por teléfono al mismo tiempo,dios santo, hasta sus manos eran hermosas, Jimin respiro profundamente en un intento por tranquilizarse.

Se oyó entonces un zumbido de un teléfono, Jungkook identificó su arrogante cabeza y frunció ceño al darse cuenta de que el teléfono que sonaba no era el suyo. Jimin metió la mano en su bolso de gran capacidad y sacó el móvil que Namjoon le había regalado en su último cumpleaños.

—¿Jimin? ¿Dónde estás? —Preguntó Namjoon con inquietud—. Pasé por ahí esta mañana y vi ese coche enterrado bajo el andamio, temía que había ocurrido algo.

—Oh, no, estoy bien ... de verdad, Nam — Jimin sonrió con determinación, contento de tener la distrajera de Jungkook, tenía que concentrarse en Namjoon, un hombre cariñoso y estable, que probablemente no buscaría jamás la compañía de una amante espectacular como una supermodelo —. Jungkook me lleva a ver a Jennie, salí muy deprisa esta mañana y se me olvido llamarte — Jimin vaciló ligeramente ante el enervante recuerdo de Lee Ji Eun.

—¿cuándo volverás?

— Pronto ... — tuvieron la vista y se encontraron con los ojos de Jungkook, fríos y oscuros, tragó con dificultad —. Escucha, te llamaré cuando vuelvas, cocinaré algo delicioso — se ofreció de improvisto.

Lo del novio era historia, pensó Jungkook sin dudar, una relación en la que ni la fidelidad ni la lealtad parecían tener lugar no le venía bien y si Jimin no era capaz de verlo, el se ocuparía de que lo hiciera. Lo que Jimin necesitaba era empezar de nuevo, por esa razón, le daría su apoyo financiero a la condición de que Jimin saliera de su vida. Por su propio bien y por el de los niños, Jimin pensó que aprender a llevar una vida más tranquila y convencional, Jungkook con lúgubre satisfacción.

Pero Jimin había cambiado, la noche pasada había estado esperando que le dijera que aún lo amaba. No podría entender porque el hecho de que no había hecho lo que él definitivamente no había deseado que hiciera perder de irritarlo de esa manera. Deliberadamente Jungkook rescato algunos purgantes recuerdos de su efímero matrimonio. Jimin llamándolo a cada hora; Jimin leyendo poesía durante el desayuno; Jimin esperando cada noche a que llegara, aunque fuera ya de día; Jimin extraordinariamente sensible y vulnerable, pero sutil como un tanque, y aún más increíblemente amoroso y generoso ...

Su velada mirada se heló ante la reflexión final. ¿Con cuantos hombres se ha demostrado así de amoroso y generoso en los últimos dieciocho meses?

En ese momento, la limusina se detuvo delante de la pequeña vivienda en una zona residencial en la que Jennie había vivido durante más de cuarenta años.

UNA NOCHE CON JIMIN - KOOKMINWhere stories live. Discover now