UNA NOCHE CON JIMIN - KOOKMIN

Capitulo 20

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Desconcertado por la pregunta y por la forma en que lo miraba, Jungkook frunció el ceño.

-No importa, tengo que admitir que no puedo evitar debatirme entre el resentimiento y la admiración, tienes razón y te has cargado mi argumento-añadió Jimin.

Sin más, se calzó las sandalias y dobló la manta con cuidado, después se la dio a Jungkook y el se ocupó del carrito, que dirigió hacia el sendero. Miró hacia atrás y vio que Jungkook seguía inmóvil como una estatua devastadoramente hermosa.

-¿Vienes?

-Lo que acabas de decir...-dijo Jungkook, siguiéndolo por el sendero-. ¿Qué has... querido decir?

-Te lo diré cuando lo sepa. Mmm... -suspiró con una sonrisa resplandeciente-Me encanta el olor de los árboles.

-Jimin tenemos que solucionar esto...

-Relájate... suéltate la corbata-lo instó el.

Jungkook quería organizar su matrimonio siguiendo las estrictas normas de su agenda diaria. Nada inesperado, nada fuera de lo normal, todo bajo un control racional y estructurado. No podía evitar ser así y discutir con él era una pérdida de tiempo. Su cerebro trabajaba desde un punto de vista multilateral y se dejaba llevar por el instinto Jungkook tendría que aprender a aceptarlo.

Cuando llegaron ala mansión jugaron con los bebés una hora, después les dieron la merienda y Jisso ayudó a Jimin a bañarlos y después de meterlos en la cuna Jimin estaba hambriento y fue a cambiarse para la cena.

Para su sorpresa, Jungkook no llevaba su traje formal de cena, sino unos preciosos vaqueros de estilo informal en color negro con camiseta a juego y una chaqueta de cuero , durante la décima de segundo en que sus miradas se encontraron, Jimin sintió los nervios del estómago atenazados y el pulso acelerado. Era tan consciente de su presencia masculina que se sintió avergonzado.

-¿Dónde está la chaqueta formal?-murmuró en un intento por llenar el silencio, sonrojándose, y apartando la vista de él.

-¿Recuerdas que una me vez me dijiste que, cuando me ponía chaqueta para cenar, te recordaba a esos hombres que aparecían en las viejas películas en blanco y negro? - Preguntó Jungkook con suavidad-. Desde entonces, por alguna razón, no he vuelto a sentirme igual cada vez que me pongo un traje formal para cenar.

-Bueno, los tiempos cambian, aunque no aquí, ¿no? Tu padre se empeñaba en seguir viviendo como hacían vuestros antepasados.

Jungkook contempló Jimin iba vestido con una camiseta a rayas y unos vaqueros negros .

-Pero a pesar de ello, ahora tú te cambias para cenar.

Jimin sonrió, no pudo evitarlo, era típico que siempre fueran desacompasados, pero cuando se vio atraído de nuevo por el magnetismo de sus ojos oscuros, se olvido de ello y otro tipo de reacciones más elementales se apoderaron de Jimin.

-Estás precioso con ese atuendo -dijo Jungkook con suavidad- Hará un contraste perfecto con mi regalo.

-¿Regalo?

Jungkook tomó una caja envuelta para regalo de la mesa y la depositó en sus manos.

Sinceramente sorprendido, Jimin se sentó y abrió al paquete, cuando sacó el collar de los chakras, no daba crédito. Cada gema o cristal había sido exquisitamente tallado y engastado, unidos entre sí por una delicada cadena de oro blanco.

-Es precioso... ¿dónde lo has conseguido?

-Mandé hacerlo mientras estaba en Singapur, un médico experto en los poderes curativos de los cristales y las gemas me ayudó a decidir cuáles incluir.