Capitulo 16

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Dejándose caer en el pañal, Venus tiro de la borla de uno de los zapatos de Jungkook, después echó hacia atrás su brillante cabecita lacia y lo miró con una juguetona sonrisa de desafío.

Jungkook extendió la mano libre para darle la bienvenida,Venus le tomó el pulgar, pero acto seguido lo soltó más interesada por el reloj de oro que relucía en su muñeca, ante un cambio de atención tan brusco, la inusual sonrisa de Jungkook brotó de sus labios, y la diversión iluminó su fuerte rostro.

—Eres como un clon en miniatura de Jimin.

El corazón de Jimin dio un vuelco al ver su carismática sonrisa y se le secó la boca.

—Bueno, Marte se parece a ti.

Conforme avanzaban los minutos y Jungkook seguía entretenido con los niños, la inquietud de Jimin empezó a aumentar, no podía creer lo que veía, sin importarle su carísimo traje, estaba sentado en la alfombra dejando que Venus y Marte juguetearan con él como si de un enorme juguete se tratara. Las manitas le tiraban de la corbata, rebuscaban en sus bolsillos, le tiraban del pelo y exploraban su cara.

—Los dos están bostezando —comentó Jungkook al cabo de veinte minutos, con evidente decepción.

—Es que los has agotado — le espetó Jimin, aunque sabía que debían de estar muy cansados después del agotador día anterior y necesitarían su siesta de la mañana.

Jimin los acomodó en sus cunas, no sin antes intercambiar besos y abrazos con ellos.

—No esperaba que unos niños tan pequeños me aceptaran tan fácilmente—dijo Jungkook finalmente, sintiéndose tan ignorado como Jimin momentos antes.

—Están muy encariñados con Nam y creo que por eso confían en ti—dijo Jimin sin darle importancia.

Jungkook lo miró fijamente con una insondable expresión en sus ojos negros y los músculos de su magnífico rostro tenso.

—¿Entonces ha de esperar que vamos a verte por Busan después del verano?—preguntó Jimin un tanto crispado— ¿Sabes? Ya siento nostalgia.

— Hablaremos de ello abajo—dijo Jungkook y salió de la habitación.

Ya lo creo que sí, pensó Jimin, que lamentaba la manera en que Jungkook asumía el control y acallo la vocecilla interior que le decía que estaba siendo malo. Pero mejor sentir eso que concentrarse en el potente dolor sordo que Jungkook era capaz de provocarle por el mero hecho de estar en la misma habitación.

Se había servido café en el salón principal cuando Jimin bajó por fin, mientras jugaba con Venus y Marte, Jungkook se había mostrado más relajado que nunca. Sin embargo, había recuperado la fría y distante expresión y en cuestión de segundos, su ansiedad se reavivó, si Jungkook pensaba recriminarle la nueva situación, quería acabar con el asunto lo antes posible.

—¿Y bien?—instó Jimin valerosamente.

—¿Café?—invitó Jungkook gentilmente.

—¡El café me sienta mal cuando estoy nervioso!

Jungkook se sirvió una taza con la calma que tanto la enervaba.

—¿Y bien? Venga ¡Dilo!

—¿Qué es lo que quieres que diga?— Jungkook alzó una ceja en gesto educadamente inquisitivo.

Jimin se giró sobre sus talones, rebosante de frustración, haciendo tintinear las pulseras que decoraban su delgada muñeca.

—¡Que si no me hubiera metido en tu cama ahora no serias padre!

UNA NOCHE CON JIMIN - KOOKMINKde žijí příběhy. Začni objevovat