𝟏𝟖

3.2K 194 135
                                    

⬞╭╰agustina╯╮⬞

Al despertarme agarro el celular por la hora, claramente con un ojo abierto y el otro no... Cuando veo que son las 11 de la mañana me sobresalto de la cama, porque si, anoche nos terminamos pasando a la cama y ustedes ya saben que.

— ¿Por qué te levantaste? Quédate un ratito más acostada conmigo. –habla el chango dormido.

— no boludo, nos olvidamos de Lionel. –me empecé a vestir–. Debe pensar que lo abandamos, si es un exagerado.

— uh es verdad. –se da vuelta y yo me quedo mirando su espalda desnuda.

— dale chango, vamos a buscarlo o bueno, voy yo sola.

— no, ya te acompaño espérame, tengo que reponerme. –bosteza.

Me terminó de poner un buzo y recién el chango se estaba poniendo los pantalones, lo quedé mirando y se empezó apurar.

— Julián me estaba llamando, seguro saco su lado Agustinita y empezó hacer drama.

— cállate. –le hice montoncito–. No soy dramática ya.

— ya me dedicaste una canción Agustina. –se ríe–. Ojalaaaa que no te hagan lo que me hiciste aquella vez. –canta tocándose el pecho.

Me tapo la cara riendo, no podía creer.

— bueno, nunca me imaginé volver con vos tarado. –lo mire mal–. Dale, vamos.

Subimos al auto, el chango iba manejando y yo me dedicaba a mirarlo, es que estaba tan hermoso, su perfil era hermoso.. más con los anteojos, era perfecto.

Apenas nos abrió la puerta Julián, saludamos y este nos queda mirando pícaro, es un pelotudo definitivamente.

— ¿Mi hijo?. –sonreí.

— esta pintando con Amira, pasen.

Al entrar vimos a mi hijo pintando cosas con la hermana de Juli, apenas nos ve ¡Va corriendo hacia Exequiel! Hermoso la verdad, divino, me encanta.

— bueno, yo estoy pintada. –me cruzo de brazos.

— ay, a mi me pasa lo mismo. –se ríe Amira mirándolos.

— viste, nosotras parimos solamente, después los pendejos se van con los padres. –negue.

— yo pensé que me habían abandonado papi, pero con la nena nos quedamos jugando todo el día y me hizo una late rica. –dice mi hijo abrazando a su padre.

— gracias. –le agarre la mano a Amira–. ¿Tu nena?.

— sigue durmiendo la vaga.

Nos pusimos a tomar unos mates, Ornella seguía durmiendo junto a Bianca y Luca. Yo estaba con Lionel en brazos, ahora le había dado el mamitis, quería estar conmigo.

Con Amira estábamos compartiendo experiencias del parto, Julian y Exequiel se dedicaban hacer cara de asco cada vez que nos escuchaban.

— por esas razones que no volveria a parir. –me reí.

— ¿Cómo que no?. –habla Exequiel.

¿𝗣𝗮𝗿𝗮 𝗦𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲? | ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢ ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora