𝟔𝟑

2.1K 167 26
                                    

⬞╭╰agustina╯╮⬞

— MAMI, MAMI. –empieza a samarrearme Lionel.

— deja de gritar hijo, es demasiado temprano basta. –le tape la boca.

Fue mala idea taparle la boca... Porque si, me había mordido.

— LIONEL. –me senté enojada en la cama.

— te estaba por decir que vino papá Noel y vos me tapas la boca. –se cruza de brazos.

— no me interesa, no tenes porque morderme Ramiro, no te hagas el vivo. –lo señale, me puso carita de perro mojado.

En eso que lo estaba retando entro Exequiel a la habitación, quien tenía en brazos a Aitana. Al mirar al lado mío estaba Alma durmiendo, gracias a dios no se mosqueo con los gritos del hermano.

— ¿Por qué lo retas? No lo retes. –me mira el chango.

— eso mami, no me retes. –va haciéndose el pobrecito con su padre.

— porque viene a gritarme en el oído, encima después me muerde. –me tape de nuevo.

Abrace a Alma contra mi pecho, quería seguir durmiendo, tenía sueño, frío. Encima hoy era 24, tenemos que organizar, preparar, todo, me da paja. Merezco dormir media horita más.

— con Julian vamos al pueblito, me llevo a Lionel. –me avisa el chango.

— bueno, dame a la nena. –le hice brazos.

El chango me pasó a Aitana con cuidado, ahora estábamos las tres acostadas... Teníamos la cama para nosotras solas. Por suerte dormían y no me hacían problema, me habían salido tranquilas gracias a Dios.

Dormí esa media hora más, ya me desperté para darles de comer a mis hijas. Sus ojitos... Los ojitos de las dos me transmitían tanta paz, me habían salido tan hermosas las pendejitas estás.

— si mi amor, hermosas son ustedes. –les hable jugando con sus naricitas.

Soltaban sonrisitas, solamente cuando hablábamos Exequiel, Lionel o yo sonreían. Lionel bueno, pobrecitas cansadas deben estar de escuchar su voz, era medio pesado con sus hermanas.

— espero que ustedes no me saquen el carácter de papá, porque se pudre todo. –las mire serías.

— pareces loca. –entra Ornella riendo.

— les tengo que hacer saber las cosas a futuro, no entendés vos. –me reí mirándola.

Orne con cuidado agarro a Alma, quien la miro con tanta ternura... Me parece que acá estaban pidiendo a gritos a la nena, pero bueno.

— no me mires así, ya se lo que estás pensando, estoy bien con Luca yo. –se ríe mirándome.

— yo decía lo mismo y mírame, dos pibas hermosas me salieron. –sonreí.

— pero con uno estamos bien nosotros, vamos a esperar unos añitos más.. cuando sea el momento. –sonríe.

La verdad tenía razón, tenían que esperar que Luca sea un poco más grande, entender no, porque claramente si sos hijo único nunca vas a entender porque tus papás te dan hermanitos, pero después los terminas queriendo obvio.

Nos levantamos a tomar unos mates, mis hijas estaban en sus huevitos, con Osito al lado cuidandolas cómo la mayoría de veces. Estábamos viendo también que ponernos está noche, porque nos íbamos a ir a cenar.

— ¿Por qué tardan tanto? Hace dos horas se fueron a comprar. –se queja Ornella.

— no se, yo solamente sé que tengo frío. –me levanté para agarrar un buzo, de boca.

¿𝗣𝗮𝗿𝗮 𝗦𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲? | ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢ ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora