𝟔𝟖

1.9K 196 42
                                    

⬞╭╰agustina╯╮⬞

— ¿Qué onda el laburo?. –le pase un mate a mi hermano.

— nada negra, tranqui como siempre, me tomé unas vacaciones. –se ríe mirandome.

Estamos tomando mates con Paulo, era de mañana... Las mellis estaban acá con nosotros, y los otros dos les estaba roncando el culo.

— ¿Ayer hablaste con Exe?. –lo mire, a lo que negó–. Que raro... Porque Lionel me dijo que si.

— ese enano, no bola... Estábamos haciendo el asado solamente. –se rasca la nuca.

Asentí no tan convencida, sabía que algo malo estaba pasando, pero si tampoco me lo estaba contando por así decirlo... No quiero estar haciendole preguntas y que me pelotudee, pero ya en breve voy a agarrar a Exequiel.

— ¿Tenés que terminar algo de álbum? Puedo acompañarte sin problemas. –me propone.

— tengo que ir si, me venís de 10 porque hoy Exe entrena y yo con los tres no puedo. –me reí agarrando a Aitana.

— pero el enano te ayuda ¿O no?. –pregunta devolviendome el mate.

— si, cuando está de buenas, cuando está de malas es mejor no hablarle. –rode los ojos.

— ese humor lo saco de vos, no hay otra explicación. –se ríe y yo arqueo una ceja.

Seguimos tomando mates mientras nos poníamos al día, me estaba contando cosas de su trabajo, me ponía feliz que haya encontrado un laburo así. Trabajaba en una inmobiliaria, ganaba bien encima... Ahora le habían dado vacaciones, por algo estaba acá.

Los Zeballos se despertaron, Lionel con cara de orto como todas las mañanas, pero ya en un ratito más se le va a pasar.

— ¿Podemos ir al parque hoy tío?. –se sube en la falda de Paulo.

— vamos a salir con tu mamá, todos juntos. –le sonríe.

— no, pero papi se tiene que ir, nos abandona.

— no empieces Ramiro. –se ríe Exequiel, quien agarra a una de sus hijas.

— voy a calentar el asado que quedó, ustedes vayan a comprar algo para tomar. –los mire a los tres.

Paulo agarra a Lionel, iban a ir al kiosco que quedaba acá nomás obvio. El chango se acerca a mí para agarrar mi cara y darme un beso, tan hermoso estaba.

— me tenías que dar un besito de buenos días mala. –se ríe en medio del beso.

— estabas roncando cuando me desperté gordito. –le acaricie el cachete.

— sentí cuando te levantaste, iba a venir atrás tuyo pero como Lionel se acostó conmigo, me quedé a seguir durmiendo con él nomás. –se ríe inocente.

— y si, cualquier excusa para dormir nomás.

Me da un último beso y ya se va con los chicos también. Me quedo cambiando a las mellis mientras la comida ya estaba calentando.
A mis hijas les di la teta, quienes estaban bastante tranquilas, lo bueno de ellas.

Las volví a poner en su carrito para ir a ver la comida, en eso habían llegado los chicos. Lionel venía con un helado en la mano, sonriendo como si él no hubiera echo nada.

— ¿Quién te compro eso?. –me cruce de brazos.

— el tío ma, igual me hizo prometer que lo iba a comer después. –rueda sus ojitos.

— siéntense mejor. –me reí negando.

Dejaron la coca sobre la mesa, Lionel se sentó en la falda de su padre como la mayoría de veces. Y ahora estábamos almorzando, viendo que hacer después.

¿𝗣𝗮𝗿𝗮 𝗦𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲? | ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢ ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora