𝟓𝟑

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⬞╭╰agustina╯╮⬞


— PAPI, SALÚDAME, PAPI. –grita Lionel desde el palco.

— para intenso, de acá tu papá no te escucha hijo. –me reí agarrandolo.

Un poco más y se tiraba con su padre.
Estamos en el estadio del City, estaban jugando y encima hacía alto calor. Ornella estaba haciendo unos teres, las únicas pelotudas que estaban tomando esto, bien argentinas.

— ¿Quedé venir conmigo a jugar?. –le habla Lionel a Luca.

— ¿Así le vas a hablar a tus hermanitas?. –le habla Ornella.

— ya no quiero jugar, deja.

Lionel se cruza de brazos para mirar el partido, NUNCA pensé ver jugando a Julian y Exequiel juntos, cómo estaba disfrutando esto loco.

Pero mis hijas me lo estaban haciendo medio imposible, estaban inquietas cómo sabiendo que papá estaba jugando, que manera de cagarme de calor encima.

— esa trola. –me susurra Ornella–. Fue la que estaba en la joda con ellos.

Mire disimulamente, pude ver a una mina, alta, morocha, tenía un top de encaje con un pantalón engomado negro, también una campera de cuero.. bueno, es la cancha igual..

— si yo digo algo en estos momentos, le va a arder la oreja. –se ríe mi amiga.

— cállate tarada, ¿De dónde salió está ahora? Siempre una nueva. –me cruce de brazos estresada.

— no tengo la menor idea, pero hasta la semana que viene Julian va a seguir durmiendo en el sillón. –asiente riendo.

Pobre la ligo él... Bueno igual si, yo todavía no le perdono a Exequiel la cagada que se mandó la semana pasada.
Se terminó el primer tiempo, iban ganando con un gol a favor. Pero estaban con cara de orto igual.

— ¿Puedo ir con papá? Dale ma, llévame con papá. –me hace puchero Lionel.

— no mi amor, todavía no podemos ir con papá... Cuando termine el partido si. –lo senté en mi falda.

— ¿No fuiste al jardín hoy?. –le pregunta Ornella, dándole la teta a su hijo.

— no, mamá me dejó faltar. –sonríe–. ¿Por qué está tomando de ahí?.

— porque si amor, así se alimenta. –me reí al mirarlo.

Fuimos al baño con Lionel, siempre le daban ganas de mear, a todo momento.
Obvio entre al de mujeres porque no iba a entrar al de hombres. Lionel entro y yo me quedé mirandome al espejo, tenía la remera del city claro, me daba ternura verme a mi misma con la pancita.

Entro la morocha alta esa con otra minita, venían hablando y se quedaron calladas al verme, no les di pelota y seguí peinandome, ya que se me enredaba bastante seguido.

— ¿Vos sos la mujer de Zeballos?. –me pregunta su amiguita.

— ¿Vos sos?. –la mire sin entender.

— ¿Cómo hiciste para estar con alguien así? Siendo tan... Tan así. –me mira la morocha alta.

— discúlpame, ¿Así como?. –me acerqué a ella.

¿𝗣𝗮𝗿𝗮 𝗦𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲? | ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢ ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora