𝟓𝟕

2.4K 202 72
                                    

⬞╭╰agustina╯╮⬞

Unos días después...

— el pediatra ya dijo que estaba todo bien, les dió el alta. –sonríe el chango.

— me tengo que cambiar, estoy echa un asco. –suspire.

— yo te ayudo mi amor. –se acerca Exequiel.

— yo la ayudo a cambiarse, vos anda a preparar a las mellis. –se ríe mi mamá, Exequiel se pone rojo.

Soltamos una risa. Lissy y Exequiel estaban preparando a las bebés, mientras mi mamá me ayudaba a mi, me dolía cada moviendo que hacía por la cesárea, siento que quiero estar acostada hasta que no se, se cicatrice está mierda.

Me termine de cambiar, pusimos a Alma y Aitana en sus huevitos, llenamos unos papeles y ya estábamos. Nuestras familias en estos días nos habían acompañado bastante, me quedaba con mamá o Lissy cuando Exequiel se iba a bañar o a estar con Lionel, porque tampoco queríamos dejar a Lionel tanto tiempo solo.

— ahora vamos a casa mis princesas. –el chango les habla a las mellis.

Estás estaban durmiendo, cómo la mayoría del tiempo. Se despertaban solamente si tenían hambre, una vaca me siento.

— subí con cuidado hija, te va a tirar mucho cuando te sientes. –me agarra mamá.

— ¿Enserio?. –la mire asustada.

— te pusimos una almohada igual amor, para que vayas cómoda. –me sonríe Exe.

Me senté con cuidado y si, me dolió, pero me hace bien saber que ya me estoy yendo a la mierda del hospital. Quiero mi cama, quiero estar con mi hijo.

Exequiel empezó a manejar mientras nuestras hijas iban atrás, mamá y Lissy iban en otro auto. Sonreí al ver que estábamos entrando a nuestro barrio, cómo necesito estar en mi casa loco.

— llegamos amor. –me agarra la mano Exe.

— quiero bañarme. –hice puchero.

— ahora mi amor. –me da un beso riendo.

Nuestros amigos iban a venir mañana, hoy queríamos estar tranquilos, yo necesitaba bañarme y encima no sabíamos cómo iba a estar de humor Lionel.

Entramos con nuestras hijas en brazos a casa, sonreí al ver a mis hermanos sosteniendo un cartel que decía "bienvenidas a casa princesas" y después estaba Lionel, tirado en el sillón con cara de orto.

— hola, hola. –me abraza Paulo con cuidado.

— holis, sobreviví. –me reí.

— que hermosas están, por favor, mira esa trompita que tienen. –les habla Maite.

— trajimos algo para Lionel también, pero como está con cara de poto. –habla mi suegra mirando a su nieto.

— ¿Qué me trajeron?. –viene corriendo con el perro atrás.

Lissy le pasó una caja grande, la abrió emocionado... Era una pista de autos, ya saben.

¿𝗣𝗮𝗿𝗮 𝗦𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲? | ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢ ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora