𝟔𝟗

1.9K 177 13
                                    

⬞╭╰agustina╯╮⬞

— para Tina ¿De qué estás hablando?. –se quiere hacer el pelotudo.

— déjanos solos Exequiel. –le hable sería sin mirarlo.

— amor... Cálmate, escúchame. –me agarra la cara.

— que me dejes hablar sola con él, anda. –lo mire con cara de orto.

El chango agachó la cabeza, se dió media vuelta y se fue de la habitación. Mi mirada se cruza con la de Paulo, quien está perdido, sin saber que hacer con la situación.

— amenazaron a Maite, quiero que te sientes y me cuentes toda la puta verdad Paulo, porque no puedo creer que esto, quiero CREER que es una confusión. –lo mire con lágrimas en los ojos, tocandome el pecho.

Paulo era... Era mi todo, cuando mi viejo nos dejó fue la única figura "paterna" que tuve, que me quedo... Me quiero hacer creer que nada de esto está pasando.

— Agus... Estaba perdido, no sabía que chota hacer, cómo ayudar a mamá... No sabía. –nego mirándome con arrepentimiento.

— ¡PUSISTE A PELIGRO A TODOS! a nuestra hermana Paulo ¿Sos consciente de eso? No entiendo boludo, si estaban bien... ¿Por qué?.

— porque al principio lo consumía, después necesitaba ayudar a mamá, empecé a vender, a meterme en cosas que no estaban buenas, así durante años, así hasta ahora.

Las lágrimas habían empezó a salir, me dolía el pecho, sentía que me había fallado, porque yo no lo veía así, para mí no era una persona así. Era incapaz de hacer algo así... Pero escucharlo de su propia boca, no puede ser.

Me dejó caer en la cama, para romper en llanto. Paulo se sienta al lado tratando de abrazarme, pero lo único que hago es sacarlo, no quería tenerlo cerca, quiero pensar que todo esto es un mal sueño.

— ¿Por qué la amenazaron entonces? ¿Seguís en eso? Paulo yo siempre trate de ayudarlos para evitar estas cosas, siempre trate de darles todo. –le pregunté dolida, me sentía mal.

— no, vos nunca tuviste que darnos nada Agus... Vos hiciste lo que pudiste, nada de esto es tu culpa. Me salí de eso, de todo... Pero les quede debiendo plata. –agacha su cabeza.

— ¿Cuánta plata?. –lo mire secandome las lágrimas.

— plata que... No puedo, por más que quiera conseguirla no puedo.

— te hice una pregunta, quiero que me respondas y rápido.

Me pasa su celular, dónde se podía ver la conversación que tenía con los tipos estos. Lo estaban buscando y era lo más obvio, pero era mucha plata... Yo sigo sin creer que se haya metido en un quilombo así.

— te doy. –le devolví el celular enojada–. Te doy la plata esa, pero quiero que sepas que estoy muy decepcionada boludo... Antes de meterte en toda esa mierda podías pedirme ayuda a mi, ¿Necesitabas plata? Te daba Paulo, te daba, porque yo haría cualquier cosa por ustedes, pero te mandaste una muy grande.

— se volvió una adicción, en el momento que quise dejarlo... Ya era demasiado tarde, hace un mes salí de rehabilitación y yo vine acá, porque... Porque no se que pueda pasarme al volver allá.

¿𝗣𝗮𝗿𝗮 𝗦𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲? | ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢ ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora