Día 2: El Recuerdo del Camino

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#Taletober2022 @EcosDeTinta: Ácido

#Huectober @Huecoliterario: Sangre

#Maptober2022 @inkarnate: Hazardous


El recuerdo se abría como las cortinas que dan paso al sol de la mañana. No obstante, no había nada matutino o enérgico en el paraje que se abrió ante sus ojos... los suyos, y los de sus compañeros, soldados que, como él, habían entregado sus vidas a una causa más justa.

Su viaje los llevaba hacia las llanuras grises, donde el fuego no se terminaba de extinguir nunca, donde el agua era ácido, y la tierra, estéril. Allí la sangre de antiguas batallas teñía el suelo de rojo sucio, y el aire, denso y pesado, estaba preñado de veneno.

Y allí era donde se enfrentarían a la tiranía, a la crueldad, a la arrogancia, y sobre todo al miedo. Porque, al final del día, el enemigo tenía miedo. Y eso Kaiden lo sabía muy bien.

Cruzar aquel traicionero paraje suponía un par de horas de un cierto malestar, náuseas y dolor de cabeza, pero salvo un tobillo torcido o un poco de tos, nada permanecía cuando se llegaba al otro lado.

No obstante, lo cierto era que no podían permitir que sus enemigos salieran con vida. Era allí, entre huesos, árboles muertos, fuegos incandescentes y ponzoña en el aire, donde debían pararlos... y evitar que alcanzaran el santuario que con tanto esfuerzo habían construído.

El soldado, como muchos de sus compañeros, tomó el medallón que colgaba de su cuello, el intrincado símbolo de la esperanza de su gente. Depositó un beso sobre el frío metal, y después lo ató a la empuñadura de su espada, esperando que le diera suerte.


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TaleTober 2022Where stories live. Discover now