Nuestra participación a tres retos Taletober 2022 (de mano de EcosDeTinta, Huecoliterario e inkarnate) cuenta el viaje de un soldado que, caído en batalla, lucha por regresar a la vida... y a su familia. ¿Pero quién es, y cuál es su historia? Cada...
La rebelión había empezado hacía mucho tiempo, pero había sido... nada. Una molestia en la hegemonía del poder. Una piedra en el zapato, molesta, nada más.
Pero había crecido, y los tiranos ya no podían hacer la vista gorda. Los rebeldes tenían enclaves secretos, casas francas en cualquier ciudad, a plena vista. Los rebeldes se contaban a cientos, puede que a miles, y estaban en todas partes.
Ahora, esos rebeldes iban a la guerra.
Los tiranos no consentirían su desfachatez por más tiempo. Sabían que se reunían al otro lado de las llanuras ponzoñosas, donde esperaban que aquel paraje inhóspito les sirviera de protección. El enemigo creía que llegarían para aplastarlos como a moscas antes de volver a sus grandes ciudades con éxito.
Pero los rebeldes sabían. Llevaban mucho tiempo haciendo planes. Tenían espías. Kaiden había sido uno de ellos. Un soldado enemigo, primero; uno espía, más tarde; y ahora... ahora luchaba por lo que era justo.
El silencio era atronador, pero Sombra, su fiel montura, lo miró con aquellos inteligentes ojos rojos y su cabeza hizo un gesto. Era una señal, algo que solo ella podía oír. El hombre le palmeó el cuello, apoyó su frente en la de la yegua, respiró hondo.
—Ve —susurró—. Ve.
A regañadientes, el inmenso y oscuro animal mostró unos dientes demasiado afilados para un caballo, sacudió la cabeza y echó a trotar hacia las sombras. Sabiendo lo que significaba su marcha, los soldados en los escasos árboles y tras las rocas armaron sus arcos.
Respiraron aquel aire pútrido y espeso.
Se prepararon en aquel paraje de muerte y sangre.
La emboscaba estaba lista.
El tiempo se acababa.
Y empezaron a oír pasos.
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