8: Primer ritual

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12 | Julio | 1985

—¡Hora de levantarse! —Grita, con excesiva fuerza. —¡Tenemos un alma que buscar!

April entrecierra los ojos, conteniendo sus ganas de golpear a Louis con lo primero que se le atraviese por atreverse a despertarla. Le duele la espalda, había dormido en un horrible sofá, que rechinaba cada vez que se movía, también había un aterrador armario junto a las escaleras que no pudo dejar de observar en toda la noche, con el miedo de que en cualquier momento saliese Annabelle de ahí. Y solo para completar la terrible experiencia, descubrió que Aslan habla dormido.

Casi muere de un infarto cuando a mitad de la noche escuchó al hombre recitar un conjuro, que en realidad parecía ser el ritual para encontrar un alma, pero para April a las tres de la mañana cualquier sonido o sombra es sinónimo de conjuro, demonios y fantasmas.

Así que ahora estaba ahí, seguramente con unas horribles ojeras y despeinada, observando como Aslan se levanta con una radiante sonrisa y Louis enciende una radio, subiendo el volumen, como si no acabase de cometer el acto más atroz de la humanidad al despertarla. ¿Por qué Louis actúa como si no hubiese secuestrado a dos personas? Y aún peor, ¿por qué Aslan no actúa como alguien al cual habían noqueado y luego chantajeado?

—Iré a traer el desayuno, después de eso podemos realizar el ritual. —Informa el chico, mientras abre la única ventana del lugar, revelando el cielo en tonalidades un poco oscuras, es bastante temprano aún, y eso solo empeora su humor. —Señor, ¿necesita algo para el ritual?, puedo traerlo.

—Siempre cargo con lo necesario en mi bolso. —Aslan contesta, mientras termina de levantarse y estirar. —¿Podrías darmelo? Solo para sacar lo necesario.

Louis parece pensárselo por un momento, pero al final termina accediendo. 

—Está bien, pero el tuyo no. —Dice, señalando a April y saliendo de la habitación.

—Vaya, cuánta formalidad. —Se burla April, aunque su cara grita: "Voy a matar a todos y luego suicidarme". —Señor.

—Es porque soy un guía. Antes nos respetaban mucho, ¿sabes?, nuestra línea todavía somos respetados, pero las personas no son tan formales como antes. —Explica, y April solo puede mirar de forma preocupada como Aslan presiona los distintos botones de la vieja radio, hasta encontrar el del volumen, subiéndolo más.

"A continuación, el éxito musical de Billy Joel, ¡Uptown Girl!"

—Es entendible, sin ustedes sería muy complicado encontrar a tu alma gemela, por no decir qué imposible. Y eso es muy valioso.

—Creo que hay cosas más importantes.

—Un poco extraño que un guía piense de esa forma, no debes tener muchos clientes, ¿cierto?

—Ja, Ja. Hoy amaneciste muy graciosa, científica. —Comenta el pelinegro, empezando a chasquear los dedos al ritmo de la canción. —En realidad, luces como si un dinosaurio te hubiese masticado, escupido y luego pisado. Sin ofender.

April cierra los ojos y masajea su cuello, intentando concentrarse en la verdadera razón por la cual aún no ha lanzado al hombre por un portal hacia quién sabe dónde. Cuando abre los ojos Aslan ha dejado de solo chasquear los dedos, ahora también está bailando.

—Vamos April, lo decía jugando, quita esa cara de amargada. Te recuerdo que estamos aquí porque desarrollaste síndrome de Estocolmo.

—¡No es cierto! Ya deja el tema, no soy pedófila.

Ambos se miraron fijamente, y April por un momento cree que puede leer mentes, porque al ver esos somnolientos ojos verdes supo en seguida lo que vendría.

Espacio, tiempo y otros defectos ✓Where stories live. Discover now