20: Como la primera vez

57 15 37
                                    


30 | Octubre | 2022

—Todos estábamos preocupados. —Dice Rick, antes de darle un sorbo a su cerveza. Aslan sabe que está mintiendo. —Ya di la verdad, ¿te escapaste con alguna chica?

«Bueno, en teoría eso sí fue lo que pasó»

Finge una sonrisa, como ha estado haciendo desde que llegó a la residencia. Si hay algo que no había extrañado ni un segundo durante todo el tiempo en que estuvo ausente, es la residencia a la que fue trasladado con los demás guías. Lo cual resulta contradictorio, porque él mismo había solicitado el traslado a Londres.

—Estaba en una misión. —Eso no es mentira.

—¿Durante dos meses? —Esta vez interviene Cristian, un chileno bastante comprometido con su labor, y que a Aslan no le agrada para nada, sin embargo, tal vez una de las pocas cosas que le gustan de ser un guía es la posibilidad de conocer a muchas personas de otros países. —Nadie va a creerte eso, ni siquiera informaste que ibas a estar en una misión.

—Yo que tú iría pensando en una excusa mejor elaborada, Arthur está furioso, no deberíamos haberte recibido anoche.

Lo último que Aslan quería era volver ahí, pero estando en la calle, solo y con el terrible clima de Londres, no tenía muchas opciones. Y aunque no debería quejarse, ahora que es un nuevo día se arrepiente de no haber dormido en la calle, ahora tendrá que escuchar el regaño que Arthur le tiene preparado.

—No estoy mintiendo...

Pero nadie le va a creer, mucho menos su jefe. Sinceramente, él tampoco creería algo así, el tiempo máximo registrado de una misión había sido de treinta y cuatro días, pero lo usual son uno o dos días, en casos extremos una semana o dos como mucho, eso cuando se ven en la obligación de transportarse de un lugar a otro.

Y aunque en verdad todo ese tiempo sí estuvo en una misión, no puede romper su promesa con April y contarle todo a su jefe. De todas formas, nadie le creería que viajó a otras líneas temporales.

—Iré a darme una ducha, si llega Arthur no le digan nada aún, yo lo solucionaré.

Aslan no esperó por una respuesta, bebió lo que restaba de su cerveza y salió de la pequeña salita de estar, dirigiéndose a su habitación, o al menos la que Cristian le había asignado cuando le insistió que lo dejara pasar solo una noche ahí.

El recuerdo de April echándolo casi que a patadas lo asalta de forma repentina cuando ya se encuentra encerrado en el baño, su estómago se remueve de forma extraña y contiene las ganas de vomitar. Deja salir el aire en un resoplido en cuanto se le pasan las náuseas, y se acerca al espejo, mirándose en silencio mientras se despoja de su ropa. Sus manos duelen, su labio se encuentra hinchado y tiene un morado cerca de las costillas, el cual arde cada vez que inhala o se estira.

Pero más le duele el recuerdo de Aryn golpeando a la variante de April, no haberse controlado, que April lo echase como un perro a la calle.

Le duele estar de vuelta en su realidad.

Su cabeza es un completo caos desde que volvió, la sola idea de todos los días recibir órdenes, misiones y regaños le da jaqueca. Ni siquiera puede recordar como era su vida antes de conocer a April e iniciar todos esos viajes. Aslan sabe que todo eso va más allá del apego que ha desarrollado hacia la mujer, y aunque si bien es parte del problema, la verdad es que no es el único motivo de su estado de ánimo.

Decide por fin darle inicio a su baño, deja que el agua lo cubra como a una segunda piel y cierra los ojos con fuerza cuando escucha a lo lejos los gritos de Arthur, indicando que ha llegado, y que lo más probable es que ya sepa de su regreso. Va a terminar con eso lo más pronto posible, no puede seguir huyendo de su realidad, aunque tema enfrentarla.

Espacio, tiempo y otros defectos ✓Where stories live. Discover now