24: Primera vez de una princesa

15.2K 1K 520
                                    

Isamar Merak no estaba dormida cuando Shaula llegó esa noche luego de intentar hasta la salida del sol encontrar su cosmo en las estrellas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Isamar Merak no estaba dormida cuando Shaula llegó esa noche luego de intentar hasta la salida del sol encontrar su cosmo en las estrellas.

Tampoco lo estuvo la siguiente.

Ni la siguiente.

Y siempre tenía un libro en la mano.

Shaula seguía incómoda con Isamar luego de lo ocurrido durante el baño. Eso significaba que, como mecanismo de autoprotección, la trataba peor que nunca.

Y como justificación, tenía los comentarios de Isamar Merak en el carruaje de regreso al palacio. Ese aproximado de discusión le daba a Shaula una excusa para su desprecio.

Pero esas madrugadas, no. Existía una especie de tregua en medio del silencioso insomnio. Shaula no podía conciliar el sueño pensando en sus erróneos intentos de hallar poder en las estrellas, y al parecer Isamar no podía parar de leer, por lo que usaba la biblioteca de la princesa para desvelarse junto a los personajes de aquellos libros.

La primera noche Isamar se excusó, interpuso unas disculpas a regañadientes, y se perdió hacia los aposentos de las damas.

La segunda noche, se tardó un poco más de la cuenta en decir que ya estaba por irse, porque no quería dejar el capítulo a medias.

La tercera noche Shaula le permitió quedarse.

La cuarta, le preguntó sobre su lectura.

—Terminé el libro anoche, majestad —le dijo Isamar a Shaula—. Hoy he empezado algo de poesía. Es curiosa, pero... intensa.

—¿Qué es la poesía sino un montón de sentimientos inconexos derramados en un papel? ¿Cómo se entiende algo así?

—Se siente, alteza. La poesía es de extremos. Si el verso es para ti, conectará y se tatuará en tu alma; si no lo es, será como si ni siquiera lo hubieses escuchado.

—Haces que quiero escuchar algo de todo eso que lees.

—Podría recitarle algo, alteza. Y ponerla en contexto para que lo entienda.

Shaula había estado entrenando antes de desvelarse en el jardín con intentos fallidos, por lo que sus ropajes morados tenían esos entresijos en sus piernas que convertían su falda en algo más práctico. Quitárselos por su cuenta era un calvario.

—De acuerdo —dijo Shaula para sorpresa de sí misma—. Ayúdame a quitarme esto mientras me recitas las locuras que lees, a ver si me convence.

Isamar miró los pies de la princesa, torturados por sus tacones de oro, y fue subiendo la vista por los entresijos de su traje violeta enredados desde los tobillos hasta sus muslos.

—Siéntese, alteza.

Shaula tomó asiento en su sillón junto al ventanal, la intimidad de aquella noche apenas empezando a ser interrumpida por el husmear del sol blanco de la capital con su perezoso resplandor.

Monarca [Completa] [Saga Sinergia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora