40: Sororidad

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El cumpleaños de la pequeña Cygnus siguió con algunas palabras del alto lord de Deneb. La madre no participaba de esas formalidades, estaba más pendiente de la logística; no como una dama de alta clase, a Shaula le pareció más un guardia protocolar.

Shaula ya no estaba en un punto del baile que fuera ni remotamente disfrutable.

Quería ser estúpida ese día.

Creerse superior a cualquier otra jovencita soñadora fue lo que la llevó a escoger a sir Volant como su estratégico acompañante, y le había salido pésimo. ¿Y si simplemente se divertía? ¿Y si bailaba, sonreía e intercambiaba chismes con sus amigas...?

Si tuviera tales en la corte, por supuesto.

¡Por Ara! Shaula, en su persecución a la superioridad como mujer, no solo había fracasado con estrépito, sino que había quedado sola.

Decidió desde entonces probar un nuevo enfoque: que perseguir un estatus de respeto como princesa no fuera limitante o excluyente de su feminidad.

Tenía que encontrar a sus damas.

Pero antes... ¿Cómo deshacerse de sir Volant?

—En Hydra hay mares y mares de girasoles... —Estaba contando Sir Volant a Shaula y a otra pareja de nobles interlocutores que se había unido.

Era un hombre con un encanto natural al hablar, pese a sentirse tan distante por su rango. Shaula tenía que reconocerle eso, la sutileza de su intimidación al contrario de hombres como la mano del rey, tan abiertamente repulsivo.

—¿Saben la diferencia de un girasol en Hydra a los injertos que se siembran en los jardines de Ara?

—He oído que llegan a medir metros y metros de altura... —respondió la atenta dama.

—Y con pétalos cítricos de mucha esencia, perfectos para los perfumes.

—¿Me disculpa? —cortó Shaula levantándose y alzando su peso sobre el tobillo intacto. Extendió sus brazos a los lados como señal para Aztor y sir Lencio, quienes acudieron para hacer de soporte a cada lado de su cuerpo—. Necesito ir al baño.

—La acompaño...

—Es un momento íntimo, sir. No es propio que un hombre merodee tan cerca de los baños de mujeres.

—¿Y su tobillo?

—Mis guardias me sabrán atender a la perfección.

Con eso hubo zanjado el asunto lo suficiente para que la dejara marcharse. Salieron del salón de baile y flanquearon los pasillos del castillo de Deneb hasta alcanzar la zona de los sanitarios públicos.

Monarca [Completa] [Saga Sinergia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora