25: Al calor de nuestros cuerpos

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Capítulo dedicado a booksshot por los hermosos edits que ha hecho en Instagram para esta historia ♡

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La princesa Shaula no tuvo problemas esa mañana al ser descubierta con Isamar Merak, tal vez porque no estaban en una situación más comprometedora, tal vez porque ninguna imaginación vuela tanto como para imaginar tal grado de perversión entre dos mujeres, aunque fueran encontradas solas con una de ellas estuviese apenas vestida.

«Perversión» era una de esas palabras de impacto, acompañada de otras como herejía, desviación y condena, que atormentaron la consciencia de Shaula Scorp las semanas siguientes.

Se aferraba a la tranquilidad de entender el trasfondo por el que había recurrido a replicar con Isamar actos exclusivos de una vendida para complacer a su dueño, o bien de las esposas una vez el marido ha decidido que necesita descendencia.

Y pese a ello dicha salvedad dejaba mucho trecho a otros temores. ¿Y si alguien más se enteraba? Tergiversaría la situación por completo, tal vez asumiría —y alegaría con tal de verla condenada— que la princesa había recurrido a las manos de su doncella por alguna especie de alevosía, por una desviación enfermiza en sus fantasías, por un defecto en su manera de desear y sentir que la inclinaba a esa clase de aberraciones.

No entenderían. No entenderían que Shaula hizo lo que tenía que hacer para tomar armas y ganarle un duelo al miedo y desconocimiento, para ganar algo de control en esa situación para la que no dejaban de repetirle que había nacido, para evitarse un dolor futuro.

Tergiversarían todo dados sus medios, cuando la realidad era que la princesa de los escorpiones detestaba a la doncella Isamar Merak y jamás podría experimentar hacia su persona ningún aproximado al agrado; odiaba a todo aquello que salía de su boca, a su irreverencia, imprudencia e impertinencia; si pudiera, la haría ejecutar solo por lo mucho que colmaba su paciencia y si había aceptado su ayuda era porque resultó ser la única con el conocimiento y la disposición, además de que Shaula se sentía capacitada para garantizar la discreción de alguien tan abrazada por su poder como lo era su dama.

Y, de nuevo, eso no calmaba sus nervios.

La culpa, aunque discreta, la acompañaba todas las tardes como una taquicardia luego de una dieta abusiva y descontrolada.

Así que Shaula se metió más de lleno a la iglesia, asistiendo en las mañanas, atendiendo obras benéficas al atardecer y cubriéndose en plegarias cada noche antes de dormir.

Era un alivio que Isamar no intentara hablarle más de lo necesario, que jamás mencionara lo sucedido y que ni siquiera hubieran coincidido a solas.

La princesa pensaba que su doncella vivía su propia batalla mental, dando el espacio a Shaula para que asimilara el susto, para que se adecuara a esas nuevas circunstancias en las que ambas parecían cómplices de un secreto peligroso.

Monarca [Completa] [Saga Sinergia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora