🔥Capitulo 27🔥

6.7K 387 61
                                    


Capitulo 27

Nicolle

Preston Higth es un instituto privado muy liberal, es decir, en la parte de vestimenta podemos usar cualquier tipo de atuendo. No es como otros institutos donde debes llevar un respectivo uniforme patético. La vida sería miserable si todos vistiéramos de la misma manera. Puedes hacer lo que quieras, pero todo bajo supervisión y con el debido respeto a dicha institución. Lo único que no esta permitido en Preston Higth es: bebidas alcohólicas, drogas, portar armas o el uso de la nicotina. Ah, se me olvidaba; nada de sexo. Pero obvio que esa regla la rompen a cada momento. Porque osea, nacimos para romper reglas no para acatar ordenes. Y la vida sería un completo apocalipsis si no existieran reglas que romper.

¿Alguna vez has roto una regla?

Yo si y no me arrepiento, fue muy divertido. Fue hace ya un mes. Se supone que no debemos husmear en el baño de chicos, tampoco esta permitido, como también que los chicos entren al nuestro. Aunque, a mi no me molesta la idea de que los chicos me observen mientras me doy una ducha y me vean inalcanzable ante sus ojos. Me parece de lo más excitante y divertido.

No me culpen.

Y como dicen por ahí: lo que no se exhibe no se vende, y créanme a mi me encanta exhibir mi cuerpo; que aprecien mi belleza, que se les caiga la baba mientras me miran, que se masturben viendo mi cuerpo, para mi no hay nada más satisfactorio que eso; verme y no tocarme, una tortura para cualquiera, una forma divertida de vivir la vida para mi.

¿Estoy loca? Si. Pero sin locuras y diversión, el mundo sería una completa mierda.

Recuerdo que los chicos de último año tenían una práctica de Voleibol y al terminar todos se fueron a las duchas. Duncan, William, Timothy y los otros chicos que no recuerdos sus nombres, también se metieron a las duchas.

Me pareció de lo más injusto no poder ver esos abdominales llenos de sudor. Asi que llegué al baño y me percaté de que nadie estuviera viéndome, sino no saldría con vida y mi madre me mataría, aunque eso último me daba igual.

Me metí en el baño de chicos sigilosamente y cerré la puerta con cuidado.

Habían muchos traseros al aire libre y penes también, de todos los tamaños, grosores y colores. Ese fue el mejor día de mi vida.

En ese momento ya conocía a Timothy y a su pene, pero verlo en físico frente a mi. Ese bicho estructuralmente gigante frente a mis ojos hizo que la boca se me hiciera agua y la garganta se me secara. ¡Dios!.

Los chicos cuando se dieron cuenta de mi presencia en el baño no protestaron. Unos se cubrieron con toallas y otros simplemente dejaron que yo siguiera observando sus penes colgando y sus abdominales duros y marcados. ¡Madre mia! Nunca olvidaré ese día.

Pero tuve una gran y creíble excusa para ellos: me equivoqué de baño.

Obviamente, no fue la mejor excusa del mundo, pero valió la pena. Lo bueno de todo, es que ellos me creyeron y yo fingí mi carita de ángel inocente. A veces las apariencias engañan. Yo soy un cruel y hermoso ejemplo de ello.

Y cuando salí de allí acalorada, con las bragas mojadas y la garganta seca, uno de los profesores me descubrió y esa fue la primera vez que conocí la dirección.

Pero no me importó.

Les dije que me había equivocado y que no volvería ocurrir. Obviamente mi actuación se la creyeron y me dejaron libre de nuevo para seguir haciendo de las mías.

Nunca me había divertido tanto en la vida. Y jamás imaginé que ver penes de diferentes colores y tamaño fuera tan enormemente excitante.

Solo recordarlo me apetece volver a repetirlo, pero no quiero ir de nuevo a detención. Eso sería otra marca para mi desastroso historial académico.

𝑸𝒖𝒊𝒎𝒊𝒄𝒂 𝑰𝒏𝒅𝒆𝒄𝒆𝒏𝒕𝒆 ©️ #1🔥 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora