Teoría

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Elizabeth:

-Hola cielo, ¿llegué muy tarde?-aprieto mis labios para no sonreír de más al escuchar como me ha dicho.

Solo me hago a un lado después de escuchar aquel sonido estúpido de su boca.

-Aww le dijo cielo-Louis dice haciendo una expresión inexplicable.

Tan inexplicable como la cara de la Sira al darse cuenta que no estamos solas en la cafetería.

-Elizabeth-me mira sería.

-Lo siento, soy Louis-se levanta para darle la mano, la cuál ella recibe sin dejar de mirame-Y no la mires así, ha sido mi culpa.

Yo siento repetitivas veces, porque definitivamente ha sido su culpa.

No dejo de insistir toda la maldita noche hasta que yo dijera que si. Lo cual explica el porque no dormí.

-Pero siéntate, solo quiero conocer a la chica de la cual mi mejor amiga no deja de hablar.

Yo abro la boca con exageración y le pegó en el hombro a Louis.

-¡Oye!-exclamo.

Sira se sienta al igual que Louis, de frente para verse uno a uno. Yo solo me siento al lado de ella sin decir nada.

-¿Así que, Lizzie habla mucho de mi?-me apenó en cuanto escucho su pregunta, no hacia él, hacia mí con ese tono super bajo.

Me aclaro la garganta.

-¿Que tal si pedimos café?-voy a levantarme, pero ella ni siquiera deje que mi cuerpo se despegue de la silla al poner su mano sobre mi pierna desnuda.

«Debi elegir un pantalón» pero en eso Louis también insistió.

Él nos mira al percatarse de nuestras miradas, la mía nerviosa y la de ella intimidante. Cada una viéndose de frente.

-¿Sabían de la teoría del cabello ondulado?-dice y las dos lo miramos para prestarles atención.

«Este y sus teorias...»

-¿Cuál es esa?-pregunta ella.

-Ay no...-susurro.

El preguntar sobre alguna teoría loca de Louis, es escucharlo todo el día hablar sobre ello.

-Dice que cuando te enamoras se te ondula el cabello, lo leí por ahí-y ahí hace la sonrisa menos discreta y sutil del día al ver nuestro cabello-Y ustedes dos tienen el cabello ondulado.

Yo no soy de creer en sus teorías, porque la verdad es que miente cuando dice que lo ha leído de algún lado.

-Es una buena teoría-me mira de reojo y después sigue la conversación con él -Mi cabello suele ser muy lacio.

-Ya viste Liz, ella si lo cree.

-Claro-vacilo.

Su teléfono comienza a sonar cuando se levanta.

-Lamento dejarlas, pero debo irme.

«Mentiroso de...» pienso al levantarme y dejar que mi mirada se lo diga.

-¿Te vas?-ella también se levanta.

-Si, pero ha sido un placer conocerla detective.

-Oh no es nada-ella toma mi mano-¿Verdad, Lizzie?

-Si, no es nada-le sonrió con falsedad a él.

-Bueno, chao-avienta un beso al aire para mí y se va con una sonrisa insuficiente.

Seguro que se debe a que mintió y nadie le llamo.

Lo cual el llama "llamada de emergencia." Cosa que en realidad es una aplicación de llamadas falsas para huir de algún lugar incómodo.

Este no fue uno de esos, esto fue un plan suyo para quedarme a solas con ella.

Razón de mi plática con él de mi conversación con Sira.

Creo que debería de parar y dejar de contarle esto.

-¿Estas bien, Lizzie?-su voz vuelve a intensificarse cuando vuelvo a respirar.

¿Razón? Desconocida en realidad, quizá estoy nerviosa.

-Si, lo siento, Louis es...

-¿Indiscreto?-termina por mi y yo asiento.

-Si...

-No importa-ve a nuestro alrededor.

Un alrededor solitario gracias a Louis.

El dueño de la cafetería es su amigo así que él le ha pedido por esta ocasión que solo nosotros pudiéramos estar aquí.

-Estamos solas-mira mis labios.

¿Por qué siempre debe mirarme de esa forma?

¿No sabe que me muero siempre de ganas por besarla cuando hace eso?

-No me mires así, Sira-murmuro.

¿Desde cuando se oye más sexy su nombre que "detective"?

-¿Por qué?-sigue mirando mis labios-¿Por qué te dan ganas de besarme?

Trago saliva.

-Si...

-Eso siento yo cuando tú me miras de esa forma.

-¿Ahora es mi culpa?-humedezco inconscientemente mis labios.

-Claro que si, Lizzie-me río.

-Yo no soy la culpable de su impulsividad, detective.

-Ah, Elizabeth-niega divertida para acercarse y tomar mi mandíbula con un poco de fuerza-Llámame por mi nombre.

-No quiero decir tu nombre-pego mi mejilla con la suya al acercarme de más, y susurro lo único que nunca creí decirle a alguien.

Ella reacciona de inmediato sonriendo con exceso, con esas mejillas rosadas y ese rostro apenado.

-¿Aquí?

-Estamos solas-cito lo que ella había dicho antes.

Suelta una risita leve mientras enreda sus manos en mi cintura y me pega a su cálido cuerpo.

Siento como sus manos tientan mi tímida y caliente piel.

-Mi preciosa Lizzie-pone su mano sobre mi mejilla para yo recargar la y cerrar mis ojos.

Siento como su pulgar pasa sobre mis labios, entonces abro mis ojos para mirarla.

Su dedo aún sobre mis labios me hace abrir la boca levemente, aún así nuestras miradas siguen intactas y el brillo sobre nuestros ojos es demasiado notable; al igual que sus pupilas al dilatarse con exceso cuando su dedo entra en mi boca y mi lengua siente su suavidad.

-Lizzie...

Tomo su mano para bajarla a mi costado y tomar su nuca para besarla con intensidad, como si de ello dependiera.

Como si le necesitará...

Cartas A La Edad © | [Completa]Where stories live. Discover now