Inauguración (12)

2.5K 376 44
                                    

—Lady Rashta! Lady Rashta, despierte! —Me revolví en la cama, tapándome los ojos ante la penetrante luz del sol. Kate había corrido las pesadas cortinas y me llamaba insistentemente. —Lady Rasha, no es momento de dormir! Jamás va a adivinar quién llegó!

Me senté, aún medio dormida, y Cherry entró con el carrito del desayuno. Habían aprendido rápidamente que funcionaba mejor si comía inmediatamente luego de despertarme, así que tenían todo preparado desde antes. Me puso en frente el bowl con agua para que pudiera lavarme el rostro mientras Kate seguía con su perorata.

—Quién llegó? —Ambas se miraron y sonrieron.

—El Principe heredero del Reino Occidental! Heinrey Ales Lazlo! —Canturreó.

—Y es tan hermoso como todo el mundo dice! —Agregó Cherry, con aire soñador.

—Pero es un mujeriego, no lo olviden. Si se meten con él, se comerá sus corazones como si fueran melocotones y luego escupirá el hueso sin miramientos. —Respondí mientras me secaba la cara. —Ustedes deben buscar un buen marido. Un marido que las quiera y las respete. No un extranjero de cara bonita que se irá tras la primer falda que se cruce en su camino.

—Pero Lady Rashta..! —Gimotearon al unísono. No pude evitar reírme.

Tras el desayuno, decidí salir a caminar. Faltaban algunas horas para la inauguración de las Festividades, así que estaba libre hasta más o menos el mediodía. El Barón Langt, que se había aficionado a tomar el té conmigo por las tardes, me había comentado más o menos qué esperar antes del primer baile.

El mismo en que Sovieshu plantaba a Navier para irse con Rashta.

Aún no sabía si iba a pasar, pero sentía tanta ansiedad que debía evitar acercarme las manos a la boca o acabaría comiéndome hasta los codos. Sacudí la cabeza para no pensar, y seguida de las chicas y Ser Rorkin, me dirigí al Jardín del Palacio Central.

Debido a los invitados, el palacio estaba aún más animado que de costumbre. Gente de distintas partes del mundo se pavoneaba en sus mejores galas bajo la cálida luz del sol. Varios intercambiaron saludos conmigo y algunos otros intentaron entablar una conversación.

—Quisiera ser invisible por un rato... —Mascullé.

—Lady Rashta... El Emperador dejó de lado sus responsabilidades para irla a ver. Y ayer fue a buscarla para tomar el té en los jardines. No hay nadie en el palacio que no sepa quién es usted. —Susurró Kate.

—Mhm. Los chismes vuelan. Yo me enteré que Ser Rorkin se acercó al Emperador mientras recibía a los invitados del Reino del Sur, y que Su Majestad se disculpó rápidamente antes de dejar a la Emperatriz sola con ellos. Esa noche discutieron a los gritos porque la Emperatriz estaba furiosa. —Añadió Cherry.

Las tres volteamos a ver al guardia, que ahora caminaba distraídamente a unos dos metros. Cuando vio que lo mirábamos, frunció el ceño. Me había preguntado cómo se había enterado el Emperador de que me había lastimado, pero había dado por sentado que se lo había chismorreado un invitado.

'Snitches get stitches, Ser Rorkin.' *

—Lady Rashta! Mire!

Seguí la seña con la cabeza de Cherry y vi a Navier paseando del brazo de Heinrey. Como presintiendo nuestras miradas, ambos voltearon a vernos. Me apresuré a reverenciarme. Navier me observó sin ninguna expresión notable, pero Heinrey sonrió. No fue una sonrisa agradable. Fue una sonrisa de "Ambos sabemos quiénes somos, pero si te acercas, te convertirás en carne picada y no tendré ningún remordimiento".

Al parecer, fui la única que lo notó, ya que las chicas chillaron emocionadas en cuanto estuvimos lejos.

—Vio eso? Heinrey le sonrió!

Ayuda! Reencarné en la Rata!Where stories live. Discover now