Capítulo 14.

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Viernes 18 de septiembre de 2020

Mi cuerpo se levantó en medio de la madrugada. Estaba agitada y sudada. Había soñado con Leandro, ambos habíamos estado haciendo cosas prohibidas dentro del auto de Lisandro. Sus grandes manos habían recorrido cada parte de mi cuerpo, me había tocado con delicadeza, tratando de no lastimarme, me había mirado, detallando mi cuerpo, viendo las imperfecciones que tenía, diciéndome lo hermosa que era y justo cuando me había penetrado, me levanté gimiendo de dolor y de un placer delicioso.

Lo más chistoso de todo es que de fondo sonaba "She" de Harry Styles.

Procuré estabilizar mi respiración. A mi lado dormía Lea. Había tenido sueños eróticos con el hermano de mi mejor amiga, ¡y a su costado!

Yo estaba completamente enferma de la mente.

Cuando vi el reloj eran las cinco y media de la madrugada, faltaba media hora para la hora habitual que me levantaba, salí de la cama y me metí al baño. Agradecí que Lea tuviera el sueño tan profundo.

Al meterme a la ducha me di cuenta que tenía mi vagina húmeda. Me sorprendí. Nunca en mi vida había tenido un sueño erótico. Me lavé el rostro para eliminar la capa de sudor, estaba muy rojo.

Al salir, Lea se encontraba apagando mi despertador —el cual tenía el canto de un gallo escandaloso—, se talló los ojos y me miró con confusión al verme ya duchada.

—Buenos días —dije y me acerqué al ropero.

—¿Has madrugado? No me digas que ahora te levantas muy temprano para hacer ejercicio.

—No. Me levanté de la nada.

En realidad, se despertó solo porque soñó que tenía sexo sucio con tu hermano.

Por instinto me sonrojé, así que solo le di la espalda a Lea.

—Mejor me voy a duchar.

Lea se fue y yo me dispuse a vestirme con el atuendo que había elegido, ella demoró mucho en salir de la ducha ya vestida, se comenzó a maquillar y a peinarse, yo ya casi había acabado, me eché perfume y tomé mi teléfono.

—¿Labial rojo o rosa suave? —me preguntó.

—Rojo. Te queda perfecto con tu piel blanca.

Lea me tiró un beso, agradecida y siguió maquillándose. Abrí el chat de Leandro y comencé a escribir. Por la noche, me había quedado dormida escuchando la música que él me había dedicado en el auto, no me atreví a seguir su perfil privado de Instagram, aún tenía la duda de qué le había impulsado a creerlo.

Pensé qué decirle. Tenía que ser un mensaje provocativo, que lo encendiera, sin la necesidad de mandarle alguna foto de mi cuerpo. Me sentía poderosa y por alguna razón quería jugar con el chico que me movía el suelo.

Alannah: He soñado que me poseías, que me tocabas, que me besabas con deseo

y que tenía el mejor sexo contigo.

Bloqueé el celular con una sonrisa lasciva en mi rostro y me giré hacia Lea, ella estaba viendo también su teléfono, tecleó algo rápido y luego alzó su mirada, posándose en mí.

—Ulysses me ha hablado, diciéndome buenos días, es muy cursi, yo detesto a las personas cursis, pero él, él es la excepción —dijo.

Ostias, podía ver la aureola de corazones sobre su cabeza.

—Sabes que lo que has dicho sonó cursi, ¿no?

—¡Lo sé, Alannah! —La miré con rareza—. No me mires así que me haces sentir como una persona demente.

Dime que me AmasTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang