IX

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El viento primaveral mece las flores de jazmín.

Johan construyó con sus propias manos un jardín especial para estas flores, donde metió todos los tipos de jazmín que ha podido encontrar.

Ahora Amanda, recostada entre tantos jazmines, parece ser el jazmín que le faltaba a su colección.

Johan piensa seriamente en cambiarle el nombre a "Jazmines de Amanda"

Amanda se siente reconfortada al detectar su dulce y envolvente aroma.

Le da una sensación familiar.

-¿Te gustaría que te lea algo?-

Johan le acaricia la frente con la punta de sus dedos, Amanda asiente.

-¿Qué cosas sueles leer?-

-Cuando estaba en la cueva, lo único que podía leer eran libros de historia, mi padre solía recolectarlos-

Johan quiere preguntarle sobre sus padres, pero eso implicaría ponerse en temas personales, él no se siente preparado para abrir su corazón a Amanda sobre ciertas cosas.

-Aquí también tenemos libros de historia... Pero lo que traje son de ficción-

Amanda revisa los libros que Johan le pasa, los mira todos hasta que encuentra uno que le llama la atención por el título.

-¿Está bien si me lees este?-

Johan tomó el libro... De hecho... Es su favorito.

"El principito"

-Cuando yo tenía seis años, vi una vez...-

Conforme Johan relata, Amanda imagina todos los escenarios que se relatan, imagina el avión, el sombrero, imagina el planeta y al principito, imagina la rosa...

El aroma de los jazmines, combinado con la sombra de los árboles, en vista del azul cielo recubierto de bellas nubes blancas la hacen sentir algo nuevo, algo tranquilizante y encantador, esa bella voz que le parece música, Amanda reconoce la sensación un poco tarde.

Paz.

Lo que ella siente recostada en El Jardín de Jazmines es paz.

-No- Dijo el principito -busco amigos, Pero, ¿Qué significa "domesticar"?-

-Es algo que está muy olvidado- dijo el zorro -Significa "Crear lazos"-

Algo en esas palabras movieron el corazón de Amanda... Ella sostuvo la mano de Johan.

El chico se detuvo de su excelente narración para dirigir su atención a Amanda.

Amanda... Quién lo miraba fijamente con una expresión difícil de descifrar.

Ella quiere preguntar... Pero no sabe exactamente qué es lo que quiere saber, así que solamente sujeta la mano del chico, esperando que sea él el que le pregunte a ella.

Johan sentando en el césped sobre una manta, recargado sobre un árbol, con el libro aún abierto entre sus manos, Amanda recostada cerca de él, sujetándole la mano, con una manta sobre su cintura... La atmósfera parecía demasiado íntima, demasiado romántica.

Eso disgustó mucho a los dos lobos que miraban a lo lejos.

-No vale la pena arruinar esto- Dijo Duncan, mientras sostenía el brazo de Issa para evitar que corriera al Jardín de Jazmines -No creo que quieras que ella se asuste-

Issa se soltó del agarre de Duncan.

-No sabía que te habías vuelto tan cobarde, Duncan-

-Ni yo que tú te habías vuelto tan impulsivo-

Issa le gruño en respuesta, la tensión creciente alteró el ambiente, las voluntades de ambos lobos chocaron entre sí.

Voluntades alfa, tan poderosas, tan mortíferas y dominantes.

-Si no quieres hacer nada, es tu problema, pero no me quedaré de brazos cruzados, ¿Lo entiendes?-

Duncan mira a Issa con frialdad.

-¿Quieres que también peleemos por ella?-

Issa se ríe por la respuesta de Duncan.

-¿Estás pensando en compartirla? Por supuesto, ya que hemos estado compartiendo todo desde hace décadas, sería buena idea compartir una compañera, ¿No?-

La voluntad de Duncan se levanta, aún más furiosa.

-No hables de ella como si fuera una cosa-

Issa saca las garras, toma el rostro de Duncan con crueldad.

-Vas a tener que elegir bien... No creo que tu lobo esté feliz sabiendo que tendrá que compartirla con otros, el mío no lo está, así que ten en cuenta que voy a pelear para quedármela-

Duncan se aparta las manos de Issa, usualmente él no muestra emociones... Pero ahora tienen una mirada maníaca, está dispuesto a lo que sea.

-¿Qué está pasando? Pude sentir sus voluntades-

Johan baja mirando la escena con desaprobación.

-Saben que no podemos pelear frente a Amanda-

Ambos chicos lo miran, Amanda no bajó con él, sus sentidos humanos no son tan agudos como los de ellos, no puede enterarse de lo que ocurre.

Duncan es el que rompe el incómodo silencio.

-Recuerda tus palabras, de ahora en adelante, haré lo que sea para que Arnab me elija- Duncan se da la vuelta, antes de marcharse, le echa un último vistazo a Issa -Sabes que ella ha pasado por mucho, así que no es necesario decirle que no somos amigos, déjala vivir en la casa de lobos como cree que es-

Issa sonríe de forma amenazante.

-La casa de lobos es de Johan, él va a tener que estar de acuerdo en que sigamos jugando a la casita ahí-

Johan, que mira a los chicos en completo silencio, simplemente se da la vuelta regresando al Jardín de los Jazmines.

Issa borra su sonrisa.

-Eso es un sí, supongo-

Los tres lobos se dieron la espalda, siempre habían tenido peleas, se habían hecho cosas horribles los unos a los otros.

Pero esta es la primera vez en la que los tres toman caminos completamente diferentes.

Lo saben al dar el siguiente paso, ya no hay vuelta atrás en esto.

De acuerdo o no, ha empezado una guerra para conseguir a la compañera que han elegido.

El ganador solo será elegido de una forma.

Amanda deberá tomar la decisión tarde o temprano.

El silencioso enemigo que se ha inmiscuido de manera sigilosa en el territorio muestra una verdadera sonrisa al notar la debilidad que ella significa para los lobos.

En el amor y en la guerra no hay reglas...

Los lobos aprenderán a la mala lo que eso significa.

E.

Casa de lobosWhere stories live. Discover now