XXVII

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Flotando en un mar de incertidumbre...

¿Podrías decirme si esto también es un sueño?

¿Estoy perdida en mi cabeza?

Parece que nunca estoy despierta por completo...

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.

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Al abrir los ojos... Me siento genial.

Estoy un poco mareada, es verdad.

Pero preocupaciones, incertidumbres... Y, sobre todo, miedos, se han ido lejos de mí como si solo se tratasen del fantasma de un horrible sueño.

Enfoco la vista mientras me incorporo.

"Este es para mí el más bello y el más triste paisaje del mundo"

Esa frase del libro favorito de Johan, de El principito es lo primero que me viene a la cabeza al ver el lugar.

Mi primer hogar...

-¿Qué te parece, Mandy?-

Aníbal está a mi lado.

Niego con la cabeza mientras algunas lágrimas se me salen.

Camino cuidadosamente por todo el lugar.

Ha cambiado tantísimo...

Solo quedan algunas ruinas de lo que alguna vez fue una calmada y feliz aldea humana, a pesar de las circunstancias.

El canto del río me llama...

Me dejo guiar por su dulce voz.

Esa voz que no escuchaba hace tantos años.

Al estar en la orilla, noto una piedra solemne a unos metros.

Al acercarme, noto las iniciales más dolorosas del mundo grabadas como inscripción.

"E y O"

Las lágrimas brotan como si fuesen los manantiales que alimentan este río.

No sé en qué momento sucede... Pero el llanto se mescla con mis gritos.

De rodillas, me aferro a la nieve que me congela las manos.

Esta es la tumba de mis padres...

La tumba de la que Estelle me habló...

Aquí yace mi esperanza y mi espera enterrada.

Los gritos lastiman mi garganta, un poco de ese sabor metálico se entremezcla con mis lágrimas.

Tiemblo como hoja.

Aníbal me abraza.

Yo me aferro a él con fuerza.

Creí haber entendido y asimilado su muerte cuando Estelle me contó, pero ahora veo que no ha sido así.

Este dolor no se puede superar.

Aníbal no me hace ninguna pregunta, me sostiene fuerte mientras yo me rompo por completo.

Después de un rato, me aparto suavemente de él.

Parte de su suéter ha quedado empapado con mis lágrimas, pero no parece molestarle.

-Lamento haberte traído recuerdos tan dolorosos Mandy-

La cabeza me punza un poco, siento frío.

Cuando intento incorporarme, me tambaleo un poco.

Aníbal me sostiene antes de que caiga.

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