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-Mandy...- La voz resuena alejada pero cerca.

-Amanda- Es una voz profunda, pero distorsionada, otras voces se superponen ante el susurro.

-SAL DE LA CASA DE LOS LOBOS ¡AHORA!-

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Cuando Amanda despierta, no siente el cuerpo.

Está totalmente paralizada.

Su respiración se agita mientras intenta abrir la boca para gritar, pero no puede emitir sonido alguno.

Amanda cierra los ojos con fuerza, no sabe si está alucinando o es real, pero puede observar una figura negruzca erguirse en la esquina de su habitación.

No hay luz de luna que la consuele, así que intenta disipar las tinieblas del miedo que la rodean.

No lo consigue del todo.

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El delicioso aroma de la carne cocinada fue llevado por el viento hasta el olfato de Amanda.

La chica no desea levantarse aún, pero cuando el estómago le empieza a rugir exigiendo comida, ella termina por ceder.

Se levanta de forma perezosa.

El cuerpo le duele un poco por la mala noche que ha tenido, y en sus ojos parte del cansancio se ha quedado sumiéndolos un poco.

Mientras se lava el rostro y se cepilla los dientes con crema de menta casera, se masajea los hombros y el cuello.

Está bastante cansada...

No entiende porque las pesadillas han comenzado a atacarla si en realidad no hay muchas cosas que le preocupen ahora que está en paz con los lobos.

Tal vez solo lo de su padre...

Pero no ha encontrado una forma de acercarse a Estelle para poder hablar del tema.

Mientras coloca en su rostro una leve crema que Issa hizo para ella, Amanda elige un atendo cómo.

Se permite usar pantalones cortos y un suéter de lana.

El otoño ha comenzado a marchitar las hojas haciéndolas caer de forma tranquila, el aire cálido poco a poco se ha ido enfriando...

Muy pronto deberá usar cosas más abrigadoras.

Abriendo la puerta de su cuarto, respira profundo.

-Buenos días bosque-

Dice antes de correr a la cocina.

Cuando llega, se asoma por la parte de arriba de la puerta abierta.

Observa a Johan cocinar de manera casi artística, mueve algunos sartenes y mezcla ingredientes con una pasión verdadera.

El delicioso aroma hace que el sonido del estómago de Amanda resuene nuevamente, incluso empieza a salivar al escuchar los sonidos que la comida hace al estar al contacto con el fuego.

Johan la observa.

Con profunda felicidad, le muestra una genuina sonrisa de lunar a Amanda.

-Pasa, ya casi está listo el desayuno-

Amanda abre la parte de abajo de la puerta, entra casi como encantada.

Pasa por detrás de Johan quien ahora cocina calmadamente.

Casa de lobosWhere stories live. Discover now