Capítulo 5

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Instante

Dos días han pasado desde la llegada del ambarino al país. Hoy por fin partiría al misterioso pueblo entre las montañas de Akamura con el resto del equipo de la empresa de su padre, debían estudiar muy bien la zona, e Inuyasha personalmente se iba a encargar de eso.

Por su parte, quiso ir totalmente solo, la presencia de su padre le era bastante molesta. Por supuesto, para algunas cosas el viejo ese no podía mover un dedo, pero para otras tenía más vitalidad que un veinteañero en noche de fiesta.

Era mejor así, la presencia de todos ellos le molestaba demasiado.

Su mujer tampoco quiso interferir con sus asuntos. Kikyo era una mujer inteligente y sabía que esos asuntos de negocio familiar no le incumbían. Ella respetó su privacidad laboral. No obstante, permanecería en la ciudad debido a su carrera de modelaje.

De su amigo...bueno, obviamente Miroku estuvo dispuesto a ir, pero surgieron algunos imprevistos en su trabajo como fotografo y editor profesional que no debía pasar por alto. De todas formas, el chico pelinegro se comportaba de manera muy extraña y sospechosa esos días. Pero Inuyasha no le prestó atención, Miroku estaba bastante grande y sabía perfectamente lo que hacía, por ende, no le interesa en que clase de líos esté metido.

Suspiró, esa mañana había despertado entre sábanas blancas abrasado a esa tipa, la noche anterior había sido una completa locura, pero nada más que sexo. Nunca en la vida podría sentir algo por Kikyo, o por ninguna otra mujer.

Ella aún dormía al momento de abandonar el apartamento de la chica, ya le mandaría algún mensaje o algo así. Los ejecutivos lo esperaban antes de emprender el viaje, la presencia de Inuyasha era sumamente importante.

En su auto, la radio resonaba las noticias de su regreso "El hijo menor de unos de los empresarios más influyentes del país, Inuyasha Taisho, ha regresado después de tanto tiempo"

¡ Bah ! Era un tonto titular, odiaba que ahora todo lo que se mencionara en las noticias fuera el hecho de su regreso con el nombre de su padre por encima. Molesto, apagó la radio, y su ceño fruncido se concentró en llegar a su destino.

El punto de encuentro era en una autopista despejada, allí tomarían un tren privado que los llevaría directo hasta allá, no eran muchas personas quienes lo acompañarían en el viaje. A penas solamente eran doce, vestidos de traje y corbata, mientras que Inu vestía de forma informal, con camisa oscura y pantalones ajustados. Y su largo cabello plateado atado en una larga coleta.

Las pocas mujeres que lo acompañaban retenían sus suspiros al verle, ligeramente sonrojadas. Claro, el hijo menor de su jefe era toda una tentación al igual que su padre. Los hombres de la familia Taisho son extremadamente guapos en todo sentido de la palabra. Y muchas fantasiaban con él.

Claro está, que el ambarino ni siquiera se fijó en ellas.

- Koga...- llamó a su secretario. Era un hombre que aparentaba su edad, y que aunque no le convenciera del todo era uno de los que su padre puso a su mando.

El joven moreno de ojos azules se acercó a su superior.

- Señor Taisho...- dijo con respeto - estamos cumpliendo con lo estimado, solo faltaba que usted llegara con nosotros para comenzar el viaje.

El Regreso [EN EDICIÓN Y PROGRESO]Where stories live. Discover now