Capítulo 12

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Un buen Amigo

La música ambiental siempre había amortiguado mis nervios cada que tenía un gran espectáculo, las suaves notas de la flauta japonesa me transportan a un universo lleno de inmensa paz y tranquilidad. Pero justo ahora, en estos momentos...me era imposible sentir algún atisbo de calma.

Inuyasha estaba aquí, y desde que llegó no había dejado de pensar en lo peor. Más cuando pasó lo que menos quería que sucediera, que se encontrara con mi hija.

No saben todo lo que ese encuentro puede desencadenar en el futuro; y desde esa noche, me he comportado mucho más estricta con Moroha y sus llegadas tardes a casa. Si tan solo fuera más pequeña, hubiese sido más simple controlarla y mantenerla a mi vista. Por desgracia, su etapa de rebeldía comenzó mucho antes de que me lo imaginara, y me es difícil intentar retenerla cuando ya hace lo que se le da la gana y me desafía diariamente...

Le di demasiadas libertades cuando era más pequeña, y lo hice principalmente porque confío en que no me decepcionará jamás, cosa que hasta ahora no ha sucedido, pero nunca conté con Inuyasha en la historia, y ahora todas esas libertades serán mucho más difíciles de llevar bajo mi absoluto control.

Por ejemplo hoy, que ya está casi oscuro y todavía no regresa a casa. Antes no solía preocuparme, Moroha acostumbra a pasar las tardes con sus amigas, o en la cafetería que frecuentan muy seguido. Además, ella es muy astuta y sabrá como salirse de situaciones difíciles en caso de que se le presenten, algo que sucede prácticamente todo el tiempo. No obstante, el pueblo es demasiado seguro y por eso no me molestaba que llegara tarde, aunque como madre responsable la regañaba por eso una que otra vez.

Sin embargo, ya para ella es una costumbre hacer eso, y temo...temo porque existe la posibilidad de que se encuentre con su padre, no por ella, sino por él. Sé que no se creyó mi historia, y seguramente intente comprobarlo por sus medios acercándose a mi hija. Y aunque no creo que pueda averiguar mucho mediante eso, Inuyasha tiene una característica que me sorprende de él desde que lo conocí, y es esa habilidad tan eficiente que tiene para descubrir las cosas que le interesan de la forma en que menos te lo imaginas. Espera a que bajes la guardia, para atacarte. Es por eso que temo, él es demasiado inteligente, no lo subestimo para nada. Y no sé como lo hará para saberlo, pero de algún modo, encontrará respuestas.

Posibilidad de que sea engañado: casi omisas. Si resulta que se traga mi historia, entonces olviden todo lo que dije y tachenlo de idiota.

Posibilidad de descubrir todo: bastante probable. Ya dije que conozco como es. No por nada es mi temor hacia él. Es por eso que intento alejarlo de mi hija, porque podría descubrirlo todo solo con estar cerca de ella. Aunque sea otra que esté ajena a la historia.

Moroha comparte muchas más similitudes con su padre, que conmigo. Y solo por eso, ya sería bastante evidente saber de quien proviene.

No he dejado de pensar en eso. En Inuyasha hablando con Moroha, sonriendo simpáticamente como buen samaritano, pero, en sus adentros, escondiendo un enojo irritante hacia mi.

Y ese enojo. Podría usarlo en mi contra a través de mi hija, y eso es lo que menos quiero.

Apago el estúpido equipo de sonido. Es imposible calmarme a estas alturas, intenté llamarla por otros medios y descubrí que se dejó su celular en su habitación. Intenté contactar con sus amigas y tampoco dieron resultados positivos.

El Regreso [EN EDICIÓN Y PROGRESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora