Extra 1- Mujer Hermosa

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*Este es un extra de como se conocieron Miroku y Sango. Tiene lugar entre los capítulos 13-15*
(***)
















Koharu...—pronuncié cuando la sorpresa y la emoción tomaron mi cuerpo en aquella estación de tren poco concurrida. Sentí un pequeño atisbo de felicidad al notar la delicada joya que le lucía en la muñeca. Aquella que le regalé cierta vez, y que había dado por perdida cuando se apartó de mi lado, sin embargo...el brazalete plateado aún la decoraba, dándome una calurosa sensación en el pecho.

Ya que...en el fondo, muy en el fondo, siempre mantuve la esperanza de volver a verla.

Tímida, delicada, y suave. Como una dulce amapola, que me embriagaba con su dulce aroma y suavidad característica. La pequeña castaña de ojos cobrizos había conseguido calentarme un poco el pecho; solitario y aventurero. De un hombre que le gustaba vivir al máximo cada segundo que le regalaba la vida, y para mí, esa especie de mantra era de gran importancia desde la muerte y la ausencia de dos de mis familiares más queridos, que abandonaron el mundo terrenal hace muchos años. Y aún rezo por sus almas, aquellas que ahora van de la mano de Buda.

Siempre tuve la maldita costumbre de burlarme de aquello que muchos llamaban "Karma o Consecuencia"...pero ¿qué más se podía esperar de un simple adolescente de dieciséis años? Un chico que desafiaba a la vida, hasta que finalmente el Dios Japonés lo castigó con la muerte de dos de sus seres queridos. Fue ahí donde "maduré", ya que...eso no me impidió ser un completo imbécil y estropearlo todo años después.

No me imaginé que una simple señorita con rostro angelical, facciones leves, y belleza natural; iba a ser aquel castigo recibido por segunda vez. Tal vez puede que exagere en la valoración que me impongo a mi mismo, pero realmente siento que profané la pureza de esa mujer...para seguir como casanova de la vida y mil amores.

Claro...mi gran defecto había salido a la luz en el peor momento y lo había deshecho todo en cuestión de segundos; la maldita herencia familiar que todos los hombres legítimos de mi familia habíamos poseído en gran parte de su juventud, y yo no había sido la excepción de ello, por supuesto. Siendo aquel, el pecado más tentador y lujurioso de cortejar a toda mujer bonita.

Ella me amaba, pero no fue cuando la perdí...que me di cuenta también de mis propios sentimientos. Le había destrozado el corazón a esa inocente señorita siendo solamente su primera relación, y de alguna manera también me perjudiqué a mi mismo. Me sentí como la peor persona de la tierra, convirtiéndose en la maldición que cargo y arrastro conmigo.

Porque...nunca me pude disculpar con ella, y simplemente se había ido.

Y ahora que lo pienso ¿Eso no me haría más parecido a mi mejor amigo? ¿Acaso yo para ella... también significo lo mismo que siente la azabache resentida por el peliplateado? Ese pensamiento no hace más que comprimirme el pecho. Y ahora que al fin la veía...

Tal vez...

Solo tal vez...  

Me pueda perdonar....

La noche caía suavemente sobre las montañas cálidas y el verde paisaje de Akamura; aquel verde, que tomaba una suave tonalidad amarillenta cuando los rayos finales del sol incidían sobre ellas despidiendo el día. Ambos, nos habíamos quedado fijos en el otro solo durante unos instantes, sin saber que decir ante el repentino reencuentro.

Y ayudé a la chica temerosa a recoger su equipaje caído del suelo, ya que...después de todo, yo estoy acostumbrado a comportarme como un caballero. Ella se sonrojó un poco con la acción, y no pude hacer más que sonreír en mis adentros con cierto amor ¡se había puesto nerviosa por mi! Mi alegría creció, y sentí que el destino me estaba dando una nueva oportunidad con ella.

El Regreso [EN EDICIÓN Y PROGRESO]Where stories live. Discover now