Capítulo 11

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Almas gemelas

El molesto silbato del entrenador Renkotsu sofoca a los chicos que corren por la larga pista deportiva. Mis cabellos se mueven de un lado a otro con cada trote; Y algunos mechones rebeldes, al igual que en mi flequillo, son obligados a salirse de la coleta para entorpecerme la mirada. Me obligan a maldecir una y otra vez; Un calor ascendente, que impulsa a los poros de piel a segregar gotas de sudor grueso, que se resbalan por mi frente cada vez que elevo la mirada. Llevamos horas corriendo sin descanso alguno. Un excesivo entrenamiento que no supone un grave problema para mí. Los deportes se me suelen dar bien; Y de hecho, creo ser la única que soporta toda la carrera sin tan siquiera parar a tomar aire. A pesar de que mis pulmones me lo exijan.

Muchos alumnos se quejan de ello. El entrenador Renkotsu es del tipo de profesor que porta un carácter demasiado intolerable; El primero que ha conseguido hacer de la educación física una intensa tortura. Incluso Towa luce cansada en contraste a la soltura con las que corresponde a estas actividades. Pero es entendible; Superamos nuestro límite, y ello la obliga a quedarse hasta el final.

Enfoco mi mirada por los cielos y me sorprendo con el hermoso paisaje. Anuncia la llegada de la noche cuando la tarde rojiza provoca la visión salteada de estrellas entre el descenso de colores que se producen en el crepúsculo. Pájaros que surcan por los aires en bandadas que crean figuras coordinadas por sí mismas. Espirales y saetas que serpentean para colarse por el follaje verdoso hasta toparse con las ramas de los árboles. Digna de belleza que porta Akamura, y la convierte en un sitio insólito.

La vista es interrumpida por el ruido estridente que corta mi tranquilidad. Regreso a la carrera nuevamente, una vez que el entrenador nos afana y vuelve a hacer uso del silbato que cuelga sobre su cuello. Respiro hondo, y mis ojos se deslizan hasta la cabellera castaña que se me aproxima; Como era de esperarse, Setsuna ni siquiera ha dicho nada en todo este tiempo. Solo corre tras de mí con un rostro totalmente neutro. Como si no le importara el cansancio o el sudor. Ha conseguido alcanzarme, y me molesta que siempre sea tan perfecta en todo. Con una infalible resistencia que nos rivaliza.

Por mi parte, decidido guardar mis distancias lejos del grupo; Sin detenerme a mirar a mi alrededor, y limitándome a solo sentir la adrenalina en mi cuerpo. En como el calor del momento me envuelve en la rapidez que mueve por el aire todos mis cabellos. Sentirme libre mientras que cada paso me hace tomar más fuerza para seguir avanzando, sin importar todo el cansancio y la agotadora jornada. Sin importar el día de mierda que como siempre no hace más que perjudicar mi cordura. Es respirar la brisa que rompe contra mi rostro y me ensancha el pecho. Perdiendo la cuenta de las tantas vueltas que llevo por todo el campus. No me considero perezosa (Convenientemente), y de ser posible, en el futuro me gustaría unirme a algún equipo deportivo.

—¡Vamos bola de imbéciles! ¡Dejen de holgazanear! —Si algo lograba sacarme de quicio era que gritaran cada dos trotes que dábamos. Como ese imbécil continúe jugando con mi paciencia, lo mandaré todo al carajo y no me interesa la medida que se me pueda aplicar. Tuerzo la mirada nuevamente. Cansada de que mis ojos repitan la acción siempre que su voz sacatímpanos golpee contra mis oídos, y este sea acompañado del ruido molesto que sopla con su silbato. Animando a continuar a los pobres que ya no pueden ni con sus vidas.

—Señor Renkotsu... Ya no puedo máaaas... — De Towa cae una pequeña gota azul sobre su frente; Sin poder resistir a otra vuelta como la digna blanda que es. Se detiene un segundo. Los suficientes como para permitirle un corto reposo a sus músculos, en lo que el aire entraba y salía de su cuerpo con la misma velocidad con la que corría hace tan solo un instante. Se muestra exhausta; Encorvada hacia adelante para que los pequeños mechones albinos le cayeran y redondearan su cara enrojecida, probablemente por el sol de la tarde.

El Regreso [EN EDICIÓN Y PROGRESO]Where stories live. Discover now