Capítulo 15

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Este capítulo contiene NSFW leve, habrá una "★" al incio y al final del contenido para que puedan leer el capítulo con tranquilidad.
Lean bajo su responsabilidad.
¡Disfruten!

Más tarde en la noche, el español se encontraba en su habitación, pensando en cuanto dinero debería llevar a la cita, no estaba dispuesto a que el mexicano pagara todo. El sonido de la puerta captó su atención, volteando hacia esta, era su hijo.

—¿Qué pasa, Anselmo?—cuestionó al instante, pues su expresión era muy apagada.

—Es que, quiero decirte algo, pero le prometí a Mer no decirle a nadie—jugó con sus dedos, nervioso—Pero debo decirte, porque yo recuerdo que nos pasó algo así con papá Auron.

—¿A qué te refieres?—se acercó al niño, ahora estaba preocupado.

—Anoche, cuando nos fuimos a dormir a casa del Señor Quackity, Merlon se estaba haciendo el dormido, entonces me asustó, pero cuando lo ví, el estaba llorando.—tomó aire, sin dejar de juguetear con sus manos—Me contó que escuchó a sus papás gritar, y que vió como su padre lastimó a su apá.

—¿De verdad? No puede ser...—con una mano se cubrió la cara, recordando lo violento que había sido aquella madrugada.

—También me dijo que está molesto contigo, porque golpeaste a su padre, de verdad estaba muy triste, no dejaba de llorar.

—Voy a hablarlo con Quackity, no te preocupes, Ans—lo abrazó para brindarle consuelo, el menor estaba realmente nervioso y preocupado.

—Pero, Merlon se va a cabrear conmigo, no quiero que me odie.—abrazó de vuelta a su papá.

—No lo hará—sonrió con seguridad—El te lo agradecerá, ya verás.

Se separaron, Luzu limpió las lágrimas de su niño y besó su frente, acariciando su pelo, dándole seguridad y calmando su llanto.

La noche pasó con dificultad para el mexicano y el español, estaban nerviosos, emocionados y un poco impacientes por la cita, querían estar ahí ya, olvidar todo lo sucedido y tratar de conocerse bien.

Ambos querían algo estable.

Cuando por fin amaneció, el azabache bajó a la entrada del edificio junto a su bendición para que lo recogieran. Llegó aquel Mercedes Benz, estacionándose enfrente, bajó el propietario y caminó hacia los otros dos. El chiquillo fué directo a subirse al auto, quería darse prisa, ver a sus papás juntos le generaba pánico.

Las dudas inundaban la cabeza del pequeño.

Los ojos oscuros del de gorro miraban a un lado, no quería dirigir su mirada al otro.

—¿Siempre eres así de ridículo en las mañanas?—el mayor admiró de arriba a abajo al moreno.

Llevaba un mameluco de pato.

—Te vale madres, ¿no? Hace un chingo de frío, Merlon tiene el suyo de Tortuga, he. Respeta, wey.—replicó cortante.

—Los mamelucos son lindos en niños, no en adultos.—una sonrisa se formó el los labios del bronceado—Ah, es cierto, eres un inmaduro hiperactivo con falta de atención, lo olvidaba.

—Ya te vas, ¿no? Orale, que se te hace tarde, viejito.—una risa molesta salió del otro.

—Hasta al rato, Flatty Patty.

Con esa despedida abrupta, separaron sus caminos, pero para Quackity había sido un alivio que se haya ido, tendría el resto del día libre hasta la noche.

Luchones [Luckity AU] (EN EDICIÓN)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum