Capítulo 26

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—¡Lusu!—a pesar de no estar tan lejos, corrió para alcanzar a su pareja—¡Aguanta, cabrón!

El mencionado se detuvo en seco, con la cabeza baja. En cuanto el azabache lo alcanzó, lo abrazó sin decir ni una sola palabra.

—Perdón, Quacks.

—No, perdóname a mi, Lusu.

El español se separó del pelinegro, mirándolo a los ojos. Sin esperar más, unió sus labios con suavidad, fundiéndose en un cálido perdón físico, los dedos pálidos se enredaban entre los mechones oscuros del mexicano. Las manos morenas buscaron desesperadamente cercanía entre sus cuerpos, pegando estos, provocando un jadeo en medio de su beso.

—Quacks, aquí no...

—¿Acaso eres pussy?—una pequeña risa salió por parte del mayor.

—Aún debo curar tus heridas, y sigo molesto contigo por agarrarte a hostias con mi ex esposo.

—No chingues, ¿acaso crees qué voy a dejar qué le falten el respeto a mi vieja? No, mi buen, no voy a permitir eso.

—Es que, Auron es un niño berrinchudo, hace un drama y escándalo si no consigue lo que quiere, lo que menos quería era involucrar a mi nueva vida con el tormentoso pasado.

—Tu no decidiste hacerlo, el vino nomás por sus huevos para chingarte.—bajó una de sus manos a la cintura contraria, aún manteniendo la cercanía—Pero no sé espera que yo se la voy a regresar, porque nos está subestimando ese cabrón.

—Quisiera tener tu optimismo, Quacks...—hubo un pequeño silencio entre los dos, el mayor desvió la vista, evitando al menor.

—Una pregunta, Lusu—llamó de nuevo la atención de su novio—¿Terminaron muy mal?

—No del todo, solo hubieron cosas que jamás se aclararon, y él sacó sus propias conclusiones, como siempre suele hacerlo.

—¿Fuiste a terapia? Se que suena medio raro preguntarle eso a un psicólogo, pero pus ya sabes.

El castaño negó con la cabeza, bajando la mirada, se separó del agarre del más bajo y jugó nervioso con sus manos.

—No, no pude ir a terapia porque Auron también es psicólogo...—soltó un gran suspiro—Lo que menos quería era relacionarme con algo que me recordara a él.

—No mames, Lusu, ¿qué acaso no te sabes la de "No salir con personas que estudien tu misma carrera"?—la vista del castaño conectó con los orbes oscuros del moreno.

—Un par de meses antes de la graduación caí en cuenta de ello, pero éramos muy dependientes uno del otro, además, odiaba que Auron siempre me dijera "Eres demasiado empático contigo pero no conmigo", porque me hacía caer en un círculo vicioso donde me manipulaba cada que me alejaba un momento de él.

—Que mamadas, los dos venimos de relaciones tóxicas.—ambos rieron por el comentario del azabache.

—Si, pero tu ya has ido a terapia, yo aún no he sido capaz, solo resisto por Anselmo, y ahora por ti también.

—A ver, mi buen, si vamos a seguir ese camino, caerás otra vez en la dependencia, ¿por qué no mejor nos ayudamos?—tomó las manos ajenas y entrelazó sus dedos—Seamos lo que nunca hemos sido con nuestras antiguas relaciones.

—¿Sanos? Apoyo la propuesta.

—... Iba a decir que fuéramos el Team Luckity, pero si, seamos sanos también.

¿Luckity? Suena a una palabra que tiene que ver con la suerte, como "Lucky".

—En realidad es una combinación de nuestros nombres, lo había pensado desde la semana pasada.

Luchones [Luckity AU] (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now